En 1826, la familia Formoso adquirió una finca en Vilavella, junto a la actual entrada de la térmica de As Pontes, donde, unos años más tarde, construyeron su vivienda. En 1910, Manolo Formoso plantó un fresno en este lugar, antes de emigrar a Cuba, donde llegó a ser presidente de la Asociación de Galicia en La Habana. Cuentan en la familia que a la sombra de aquel árbol se sentaron muchas generaciones de Formoso. Pero con la instalación de la central, primero desapareció la casa y después, hace unos años, alguien taló el fresno.
El domingo, esta familia rindió homenaje a Víctor Formoso Carballo, que acaba de cumplir 80 años. Él fue uno de aquellos niños que se sentaban con su abuelo a la sombra del freixo desaparecido. Y allí han instalado un banco público, con una placa que dice «Banco de Formoso», además de plantar un fresno para sustituir al original, que dio sombra a muchas generaciones de esta saga.
Buena gente y mejores vecinos.