El equipo que acompañará a Valentín González Formoso en la dirección del PSdeG es amplio, una ejecutiva de talla XL formada por 58 personas, 30 mujeres y 28 hombres, a la que aún hay que sumar los miembros natos, como el portavoz del Parlamento o los secretarios provinciales. El nuevo jefe político de los socialistas gallegos no tuvo inconveniente en ampliar el número de asientos para poder contentar a todas las familias del partido y cumplir otro de sus objetivos: plasmar con una docena de nombres la integración del sector que no apoyó a Formoso en las primarias o que avaló a Gonzalo Caballero.
La lista definitiva de la ejecutiva, aprobada con un respaldo del 81,47 % (343, votos a favor y 78 en blanco), no ofreció sorpresa alguna por la parte alta, con la alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, promovida como vicesecretaria xeral del partido y número dos de Formoso, y el portavoz del PSOE en el Concello de A Coruña, José Manuel Lage, como secretario de organización.
Pero si hay alguien en el nuevo equipo que se pueda asociar nítidamente con la ejecutiva saliente sin duda ese es Xoaquín Fernández Leiceaga, al que Gonzalo Caballero convirtió en uno de sus principales colaboradores nombrándolo además presidente del PSOE en Galicia. La secretaría que asumirá es la de política económica. La integración, continuando por la provincia de A Coruña, se completa con la captación otras tres personas: Rafael Arangüena (A Coruña), Carmen Fernández Morante (Santiago) y Ana Isabel Galego (Ferrol).
Llamativa es la recuperación para primera línea de Ricardo Varela, conselleiro de Traballo y número dos del PSdeG con Touriño, que presidirá la comisión de ética y garantías. La alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, encabeza la larga lista de miembros para el comité nacional del PSdeG que se elige en el congreso, que a la vez designa otros siete representantes para el federal: César Mogo, Lara Méndez, Lage Tuñas, Natalia González Beneitez, David Regades, Marta Giráldez y Bernardo Fernández.
El ex secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, y sus afines llevaban días amagando con que presentarían una lista alternativa a la oficial a los órganos del partido. La noche del martes, tras la bronca que estalló dentro del congreso, solicitaron ampliar el plazo para registrarla, algo que se les concedió, pero lo dejaron correr sin presentarla en tiempo y forma.
Tras las tensas escenas vividas dentro del cónclave, a Caballero empezaron a marchársele algunos apoyos de su lista y si para algo sirvió el congreso fue para medir su apoyo interno, que pasó del 40 % de las primarias al 19 % (entre 74 y 88 delegados) que se hizo visible con los votos en blanco de la ejecutiva, la comisión de ética o los comités nacional y federal.
La Voz de Galicia
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