El inmueble situado en la avenida de Ferrol número 27 en As Pontes, fue en donde vivió durante muchos años la abuela de Fernando Piñeiro. La casa, que permaneció deshabitada en las inmediaciones del Concello de As Pontes en los últimos años, se puso a la venta recientemente, y cuando a Fernando le tocó vaciarla para ceder la propiedad, encontró algunos objetos que le llamaron mucho la atención. Además de objetos personales que pertenecieron a su abuela, en un rincón de la vivienda, y seriamente afectados por la humedad, halló varios libros, uno de ellos de grandes dimensiones y con buena parte de sus hojas manuscritas con muy buena caligrafía. Dado el estado del libro lo mantuvo metido en una caja con arroz para absorber la humedad. Le retiró el moho y trató de devolverle el mejor aspecto posible para curiosear qué era lo que contenía, y ahí la sorpresa, se trata del censo de la población del municipio de As Pontes de García Rodríguez en 1960. El libro señala que As Pontes a 17 de agosto de 1961 tenía 8.435 habitantes de derecho y 8.317 de hecho. Pero no solo figuran datos numéricos, es un recorrido casa por casa en cada una de las parroquias, con los nombres, apellidos, fechas de nacimiento, procedencia y numerosos detalles de cada uno de los vecinos censados y domiciliados en As Pontes, o mejor dicho en Puentes de García Rodríguez, que es como figura registrado el municipio en este libro. Fernando se lo quiere entregar al Concello, porque entiende que es un documento que merece formar parte del patrimonio de todos los ponteses, ya que contiene parte de su historia en un momento en el que acababa de iniciar su actividad comercial la fábrica de fertilizantes. Esta, junto a una primera central térmica de 32 megavatios y las instalaciones mineras precisas para abastecer de combustible y materia prima al complejo denominado Empresa Nacional Calvo Sotelo, provocó un importante asentamiento poblacional en esa zona de la provincia.

La Voz de Galicia