Sobre las cinco de la tarde, en un día por fin soleado después de un mes de lluvias y con el Campo de la Feria lleno de grupos familiares y muchos niños, hizo aparición un enjambre de abejas que, provocando en algún momento pánico de los presentes, fue desplazándose hasta situarse en una palmera en el margen norte de la casa consistorial.
La presencia de las abejas causó durante unos minutos alarma entre los presentes provocando después gran curiosidad y expectación tras ser avisado de inmediato un conocido apicultor local quien, provisto de una colmena, procedió con tranquilidad y también buen humor a la captura del enjambre en un proceso que duro poco más de una hora.
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