Un matrimonio que reside en el Poboado das Veigas, en As Pontes, logró frustar el intento de okupación de una vivienda aledaña a la suya en la noche del pasado lunes, tras percatarse de que la luz de la cocina del inmueble estaba encendida.

Todo ocurrió alrededor de las 23.00 horas, cuando el hombre salió a la calle y, junto a su mujer, vio «que a cociña da casa do lado tiña a luz prendida e que había xente dentro», explica sobre una vivienda situada en un poblado levantado por Encaso -posteriormente Endesa- para sus trabajadores y que «leva varios anos deshabitada». Aún así, él mismo se encarga de cuidarla «e cortarlle o céspede, incluso a uso para gardar cousas alí co permiso do seu responsable», indica.
Tras comprobar que efectivamente había dos varones y una chica en su interior cenando, así como un perro, el hombre les gritó que se marcharan, que aquella era una propiedad privada, mientras su mujer recogía pruebas gráficas y llamaba a las autoridades pertinentes.

«Trataban de taparse; eu non os recoñecín, pero non creo que sexan de moi lonxe porque un deles ata me chamou polo meu nome e me pediu que non avisase á policía«, explica el inquilino de la casa contigua. Sus súplicas no bastaron y el matrimonio insistió en que debían abandonar de inmediato el inmueble, a lo que respondieron marchándose en un vehículo de «media ou alta gama ao que lle taparon a matrícula, pero eu destapeilla e a miña muller conseguiu filmala».

VARIAS HORAS. Los tres jóvenes llevaban varias horas en el interior del domicilio, incluso varios días, tal y como apunta el vecino que los echó y que no se percató antes de lo que ocurría porque «a miña muller estaba pasando uns días na praia e eu ía e viña, pero non me fixara», afirma.

Ambos avisaron inmediatamente a los responsables de la casa y les remitieron las imágenes y los vídeos que habían recogido. En ellos se ven restos de comida, basura, prendas de vestir, un machete y dos colchones en el suelo dispuestos a modo de cama, así como otros enseres y una muleta que podría pertenecer a la chica, «que marchou andando mal, como coxeando». Así mismo, no notaron nada en falta y solo apreciaron que «revolveran unhas caixas que tiña alí con papeis».

«Instaláronse na parte de arriba da casa, para que nós non os escoitásemos«, justifica el habitante de la vivienda adosada, quien añade que los afectados tenían previsto interponer una denuncia ante las autoridades por este caso.

El PROGRESO