Pese a su inicial postura de demolición total el alcalde de As Pontes manifestó en el pasado pleno ordinario del 3 julio que se esta tratando con Endesa la preservación de distintos elementos del complejo tales como la sala de control, la nave de servicios generales, la nave de almacén central, la nave de mantenimiento mecánico, parte de las turbinas y también parte del alternador elementos todos ellos que ahora el alcalde, y presidente de la Diputación, considera reutilizables.
No obstante, no le ve utilidad a la chimenea por lo que, de momento, mantiene la necesidad de su demolición en esta ocasión ya no por el posible uso industrial del espacio que ocupa (apenas 2000 metros cuadrados protegidos) sino por el coste de su mantenimiento y el peligro ,según manifestó en el pleno, de caída la de objetos que supone.
En relación con este tema se realizan en estos días los primeros contactos para la creación de una plataforma vecinal en defensa de las infraestructuras industriales de As Pontes entre las que se encuentran, además de la chimenea y el parque de carbones, también el Canal 4 que ya ha presentado problemas de estabilidad en la zona del helipuerto y que fue cedido por Endesa al ayuntamiento en el ultimo de los acuerdos antes de las elecciones municipales.
La Torre de Pisa se empezó a construir en el siglo XII. Como el suelo era blando comenzó a inclinarse al mismo tiempo de su construcción. Es una obra de arte de su tiempo que quedó para que la viéramos muchas generaciones de los siglos siguientes. Torcida está, pero los italianos la intentan enderezar. Y ahí la tienen con medio millón de visitantes al año. Por cierto, el precio de la entrada es de 18€. Y ahora, salvando las distancias, ¿por qué no se conserva la chimenea de As Pontes, que aunque no sea una obra de arte, está derecha y también es un digno recuerdo de su época? Si los gobernantes actuales no pensaran tan a corto plazo, igual se les ocurría alguna idea para que la chimenea aportase, además de su propio mantenimiento (de la chimenea, se entiende) una atracción digna de una visita. Debe ser espectacular la vista desde sus 360 metros de altura. Pocas personas han tenido el privilegio de subir allí arriba. Muchas la hemos visto «crecer» durante su construcción y después echar humo durante años. Ahora está ahí de mudo testigo de la historia del pueblo. Puede que la chimenea sea capaz de trabajar para mantenerse a sí misma, sin pedir nada a nadie, además de regalar al pueblo de As Pontes otra atracción junto con el Lago, porque ella también es hija del carbón que durante años trajo tantos puestos de trabajo y riqueza a esta comarca.