Durante esta jornada las calderas de la central de As Pontes queman los últimos restos de las 420.000 toneladas de carbón que habían llegado a la térmica en marzo procedentes de Indonesia. Endesa no piensa volver a reactivarla y pasará a estar no disponible mientras espera que el Gobierno dé el visto bueno definitivo a su cierre. La clausura se había solicitado ya en 2019 y tras más de dos años de espera podría llegar en cualquier momento. La de As Pontes es la única central térmica que mantenía la actividad en España.

Formada por 4 grupos con una potencia instalada de 1.400 megavatios, en los últimos meses sólo uno de ellos se ha mantenido operativo. Pero para poder seguir produciendo tendría que someterse a labores de mantenimiento, cuya factura oscilaría entre los 10 y los 20 millones de euros.

Una inversión que Endesa no va a acometer para que en breve se le otorgue el permiso de cierre, que ya cuenta con una declaración de impacto ambiental positiva. En el primer trimestre de 2019, la compañía paralizó las calderas debido a que los costes de producción se habían disparado. El alto precio que se pagaba entonces en los mercados por poder emitir CO2 a la atmósfera, el principal gas responsable del cambio climático, hacía que la producción de la térmica no entrase en la subasta energética. Aunque ahora la electricidad se ha disparado, As Pontes no volverá a producir.

Desde los sindicatos denuncian que pese a que se trata de un cierre largamente esperado, «los proyectos que venían a sustituir la actividad industrial siguen en stand by». El secretario de organización de UGT FICA Endesa Galicia, Marcos Prieto, recuerda que los parques eólicos prometidos están «bloqueados», la estación de bombeo en fase de  «replanteamiento» y el generador de hidrógeno y la planta de biocombustibles «apartados temporalmente». En el supuesto más optimista, indica Prieto a través de un comunicado, «estarían operativos en 2025». Pero la comarca los necesita cuanto antes. Un informe de un grupo de economistas de la Universidade da Coruña, capitaneado por el expresidente de la Xunta, González Laxe, advierte que el paro subiría un 285% si, tras el cierre de la central, no se promueven alternativas laborales. El cierre de la térmica, calculan los economistas, supondrá la desaparición de 1.178 puestos de trabajo en As Pontes (108 directos, 327 indirectos y 743 inducidos).

Tanto los representantes de los trabajadores como la propia Endesa piden al Gobierno agilidad para poder acometer proyectos que palíen de algún modo el impacto económico. «Esta situación de espera no es la idónea para la zona, ya que cuanto antes culmine la tramitación, antes se vislumbrará el futuro de As Pontes y Galicia», apuntan fuentes de la eléctrica. Recuerdan que ya han recibido la autorización para poder clausurar las otras centrales en el resto de España y que «a mayor celeridad en los procedimientos administrativos, menor incertidumbre en la gestión de las oportunidades de futuro» para la zona. En la compañía temen que la lentitud en el cierre impida poder disponer de importantes ayudas públicas que están llegando al calor de los fondos europeos Next Generation. Europa exige que en 2026 estén las inversiones materializadas.

Sin alternativas

«Los nuevos proyectos ya deberían de estar construidos o como mínimo en construcción», apunta el secretario de Organización de UGT FICA Endesa Galicia. El sindicalista se muestra muy crítico con el trabajo de los políticos y administraciones. «Han sido años de reuniones, de pomposas declaraciones institucionales y de titulares de prensa de lo más sugerente…pero hechos pocos, más allá de ir apagando grupo a grupo la central térmica y de desplazar tanto a la plantilla propia como a la de las subcontratas a miles de kilómetros, con buenas palabras, eso sí, pero sin ninguna garantía de retorno, ni de futuro», indica. Prieto equipara el cierre de la central en el área de Ferrolterra al sufrido por la prohibición de la UE al astillero público Astano de hacer barcos civiles. «La realidad es que estamos ante otra reconversión naval, nos toca otra vez emigrar, otra vez dejamos terrenos vacíos, instalaciones industriales abandonadas», subraya. Fuentes de Endesa recuerdan que «el desmantelamiento de la planta de As Pontes generará más empleo del que sustenta su operación parcial y del todo provisional y permitirá avanzar en los proyectos de futuro». En medio de una crisis energética sin precedentes, Endesa reactivó la central el pasado mes de octubre y los barcos cargados con carbón volvieron a llegar al puerto de Ferrol. Pero la eléctrica se muestra convencida de que la contribución de la térmica de As Pontes a paliar la situación del mercado energético global en España resulta desafortunadamente muy limitada.

El Futur-e aún no puede activarse

Desde hace meses se habla de diferentes proyectos de reindustrialización para la zona de As Pontes. La propia Endesa pone en marcha el denominado Futur-e para buscar industrias que se implanten en los terrenos que abandonará la central. Pero el programa no puede implementarse, mientras no tenga el permiso de cierre y se disponga del suelo. En un contexto de descarbonización de la economía, para luchar contra el cambio climático, la Unión Europea ha decidido también poner importantes sumas de dinero encima de la mesa. Con esos fondos, el Gobierno central ha aprobado ayudas para las zonas de transición justa. En Galicia se beneficiará también la de Cerceda, afectada por el cierre de la térmica de Meirama. En total han sido aprobados unos 211 millones de euros.

Fuente ABC