España estuvo ayer por la noche al borde del apagón. Red Eléctrica tuvo que interrumpir el suministro eléctrico a la gran industria para poder equilibrar el sistema. Según indica la compañía en su propia web, el operador desconectó a las 21.14 horas un total de 609 MW, es decir, la capacidad máxima del llamado Sistema de Respuesta Activa de la Demanda, el SRAD, para poder seguir garantizando el suministro a los hogares.

Según fuentes consultadas por este diario, la decisión de aplicar el corte de suministro eléctrico a la industria se produjo por la coincidencia de varios hechos. Por un lado, una menor producción eólica con una desviación de 1.800 MW y una falta de reserva de hidráulica para su despacho.

A esta situación se sumó la parada de dos centrales nucleares que permanecen fuera del sistema por la fuerte caída de precios del mercado mayorista de electricidad y que la central nuclear Ascó I (Tarragona) notificó una parada no programada a las 20.58 horas. Esta situación provocó que la energía terciaria disponible fuera menor de los 1.000 MW, insuficiente para soportar el fallo de un grupo nuclear.

El director general de Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía, Pedro González, explicó a elEconomista.es que la totalidad de las compañías industriales que entraron en el sistema SRAD cumplieron anoche los requerimientos de REE y se desconectaron, lo que facilitó que el servicio funcionase a la perfección y demuestra así su plena utilidad.

El SRAD es un mecanismo de balance previsto en la normativa vigente para garantizar el equilibrio necesario entre generación y demanda, es decir, para evitar apagones. Puede aplicarse en aquellas situaciones puntuales en las que se identifique que el sistema no cuenta con recursos suficientes para mantener el nivel adecuado de reserva del sistema, como sucedió ayer, y supone que las industrias se comprometen a reducir su consumo con una duración máxima de 3 horas al día por proveedor y con un preaviso de al menos 15 minutos.

Según Red Eléctrica, «la continuidad del suministro no se vio en ningún momento comprometida, siendo el objetivo de la orden de activación -que se aplicó durante aproximadamente tres horas, que establece la normativa- garantizar los niveles de reserva establecidos en los procedimientos de operación en respuesta a una situación puntual en la que se vieron reducidos los recursos disponibles en el sistema».

El Ministerio de Transición Ecológica y Red Eléctrica indicaron que la energía de la industria se utilizó para mantener el nivel de reserva y descartan el riesgo de un apagón.

Detalles del servicio

El servicio utilizado ayer para garantizar el suministro contó con la participación de comercializadoras y consumidores con una demanda de al menos 1 MW y, por tanto, no aplica ni a consumidores domésticos ni a las pequeñas empresas.

Los industriales que prestan este servicio son retribuidos con un precio marginal de 40,82 euros por cada MW asignado y hora por su disponibilidad para reducir su consumo en los periodos horarios establecidos. Según los datos de Red Eléctrica, el precio medio ponderado del momento de la interrupción de ayer fue de 63,29 euros/ MWh.

Durante 2023, el SRAD se utilizó en dos ocasiones a principios del mes de septiembre y esta es la primera vez que se pone en funcionamiento durante 2024.

Red Eléctrica lleva años impulsando la participación de la demanda en los servicios de ajuste porque es una herramienta que ofrece una mayor flexibilidad a la operación del sistema e impulsa el proceso de descarbonización. Países como Francia, Portugal y Reino Unido cuentan también con distintos mecanismos específicos que permiten aprovechar estos recursos para cubrir las necesidades de flexibilidad. No obstante, el sector eléctrico sigue a la espera de la aprobación de los llamados mecanismos de pagos por capacidad para garantizar el funcionamiento del sistema mediante la disponibilidad de una cantidad de centrales o almacenamientos que puedan operar en cualquier momento y que se encuentra a la espera de la autorización de la Unión Europea.

Riesgo de cobertura

España afronta un grave riesgo de apagones hasta 2030 pese al fuerte ritmo de instalación de renovables. Nuestro país afrontará un importante riesgo de cobertura de la demanda si se cierran los 9.000 MW de centrales de ciclo combinado que las eléctricas quieren desconectar por la falta de rentabilidad económica o si el ritmo de puesta en marcha de almacenamiento no logra cumplirse.

Red Eléctrica llevó a cabo ahora un Análisis nacional de cobertura del Sistema Eléctrico Peninsular Español, en el que reconoce que estará en situación precaria si se desmantelan estas plantas de gas, aunque no hace ninguna alusión al cierre previsto de las nucleares (Almaraz, Ascó I y Cofrentes).

La compañía reconoce, por primera vez, que la situación puede agravarse a partir de 2027 –incluso con los ciclos abiertos– si los ritmos de puesta en funcionamiento del almacenamiento no se cumplen, como está ocurriendo. En esa fecha se inicia el desmantelamiento nuclear sobre el que no se hace referencia en el informe y prolonga los riesgos hasta el 2030, es decir, más allá de la alerta lanzada en su momento por Entsoe –el organismo de transportistas de europeos– en febrero de 2023 y que ha provocado la aparición de este análisis.

 

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