Desde el fin de la actividad de la central térmica el pasado octubre, se está hablando acerca de la posibilidad de conservar físicamente algunos elementos de la misma. El más destacable de ellos es la chimenea, pero también se ha propuesto conservar el parque de carbones, una caldera, una sala de turbinas, la sala de control y dos torres de refrigeración. Desde el ayuntamiento se ha rechazado la propuesta alegando motivos de coste de mantenimiento y necesidad de espacio para nuevas industrias.

Sin embargo, en mi humilde opinión creo que existe una solución que permite preservar para la posteridad, al menos en cierta forma, la central térmica en su totalidad y sin los problemas de coste y espacio que dicha conservación material generaría: construir un modelo digital para su preservación de forma virtual.

La idea sería aprovechar que la central está parada, pero todavía completa, para capturarla en formato de fotografía y vídeo digital, tanto el exterior como el interior para, una vez se disponga de todas las imágenes y vídeos, montarlos y hacer un modelo virtual de la instalación que permita acceder a la misma a través de la pantalla de una tablet, ordenador o teléfono móvil.

De esta manera se podría visualizar la central térmica y todo su entorno en su conjunto. El visitante virtual podría subir a la chimenea, entrar en las torres de refrigeración, recorrer el parque de carbones, edificios de calderas y turbinas, barras eléctricas, desulfuradora y en su interior podría acceder a los diferentes niveles y zonas de las calderas, salas de turbinas, sala de control, etc. Se podrían tomar, entre otras,  imágenes aéreas a vista de dron (fotografía y vídeo), así como fotografías “esféricas” que ofrezcan vistas de 360º, tanto del interior como del exterior, similares a las que se pueden ver, por ejemplo, en sitios como Google Maps o Street View.

La visita virtual de la central podría ser interactiva, existiendo zonas donde el visitante pueda hacer click y se desplieguen textos descriptivos, donde se puedan dar a conocer la historia de la central térmica, su construcción y sus características técnicas, así como como ofrecer explicaciones de los distintos elementos que componen la misma y su funcionamiento, tal vez acompañados de elementos adicionales como gráficos o animaciones. De este modo se enriquecería el contenido para los visitantes y se aportaría valor añadido. Sería como una visita virtual a un museo donde el visitante puede recorrer la central, desplazándose en distintas direcciones, observando las diferentes secciones y la maquinaria que contienen.

La tecnología disponible para poder hacer este modelo virtual es accesible. Hoy en día las técnicas fotográficas y de vídeo, así como el uso de drones, está bastante avanzado y extendido y cualquier empresa de fotografía y vídeo o de producción audiovisual tiene el personal y los medios necesarios para hacerlo posible.

La solución no parece excesivamente costosa, al menos comparada con el mantenimiento material de la instalación, evidentemente no ocupa espacio y no es incompatible con conservar ciertos elementos de la central de forma física, si es que esta posibilidad se llegara a materializar. Además, sería un añadido interesante para el recientemente creado Centro de Interpretación “A Mina”, donde se podrían disponer uno o dos terminales para acceder a la central virtual. En el peor de los casos, si finalmente se demoliese la térmica hasta los cimientos y no quedase absolutamente nada de ella, siempre nos quedaría la posibilidad de volver a visitarla, aunque sea a través de una pantalla.

El reloj corre en contra y hay que darse prisa, pero mientras la central térmica siga en pie aún tenemos una opción de preservarla, aunque sea en el mundo digital. Aprovechemos que la tecnología actual lo permite y que todavía estamos a tiempo. Que no se pierda nuestra historia y nuestro patrimonio industrial.

Por Marco Chacón Ramos.