Hace aproximadamente un año, ante la noticia de la negativa a declarar BIC la Chimenea de la Central Térmica de As Pontes y el anuncio por parte de Endesa y del Ayuntamiento del derribo inminente de la totalidad de las instalaciones, empezó a rondar en mi cabeza una idea a fin de preservar para las generaciones futuras unas construcciones singulares y únicas que en las últimas cinco décadas no sólo se han convertido en la imagen icónica de As Pontes (el “Springfield” de Galicia) sino que también representan el legado tecnológico, arquitectónico e industrial de nuestra villa.

La idea surgió con el pensamiento de que tenemos en As Pontes el privilegio de contar con unas estructuras excepcionales que, dada la política actual de avanzar hacia la descarbonización, se vuelven un poco más únicas (y por tanto más singulares y valiosas) a cada día que pasa, a medida que en gran parte del mundo occidental se van destruyendo, una detrás de otra, las antiguas centrales térmicas de carbón.

Claro está que en el momento de poner por escrito aquella idea, la Plataforma por el Patrimonio Industrial de As Pontes no existía. La idea de ver desaparecer para siempre esos edificios colosales, que forman parte de la historia y los recuerdos de generaciones de miles de ponteses entre los que me encuentro (soy de 1978, nací y crecí a la sombra de la Central) y el hecho de encontrarme solo, de pensar que la suerte ya estaba echada y que el derribo era inminente e imposible de detener, me llevó a pensar que tal vez había una última esperanza de salvación aprovechando los avances que hoy nos brinda la tecnología.

Mi idea consistía en digitalizar la Central, capturándola en formato de fotografía y vídeo de alta calidad, tanto del exterior de la instalación como del interior y crear una Central Térmica “virtual” y, para mi sorpresa, he visto que no soy el único que piensa así, ya que la propia Endesa (propietaria de la planta energética) ha llegado exactamente a la misma conclusión que yo y ha utilizado drones para escanear la Central, guardando imágenes y creando modelos en 3D tal y como se expone en este artículo:

https://www.elradar.es/drones-Central-termica-as-pontes/

Endesa reconoce en esta publicación que el fondo de imágenes generadas también servirán «para guardar un legado de estas instalaciones» y creo que llevan razón. Estoy totalmente de acuerdo en que dicho fondo digital facilitaría recrearla en un ordenador, tablet, móvil, etc. y guardar el recuerdo de la misma, permitiendo recorrerla de forma virtual, tal vez con unas gafas de realidad aumentada o similar. No voy a profundizar en la idea porque ya la presenté en su día en mi anterior artículo. Lo que sí quiero destacar es que desde el momento en que me decidí a plasmarla por escrito, con la remota esperanza que alguien atendiera a mi llamamiento, hasta el momento en que escribo estas líneas, es obvio que la situación ha cambiado drásticamente.

La constitución de la Plataforma por el Patrimonio Industrial de As Pontes y el impulso que ha tomado en las últimas semanas la propuesta de preservar, principalmente la Chimenea, pero también el Parque de Carbones y otras instalaciones anexas de indudable valor patrimonial, así como preservar el amplio archivo documental y otro material de interés (obras de arte, maquetas, colecciones de fósiles, etc) que están expuestos en la Central y en las antiguas oficinas del Tesouro (o al menos lo estuvieron allí en su día) hizo que la preservación virtual pasara de ser la última esperanza a convertirse en una idea “de segundo nivel” por así decirlo, pues es innegable que la preservación real siempre es preferible a la preservación virtual, por muy exacta que ésta sea.

No obstante, a pesar del entusiasmo que se ha generado en estos últimos días ante la firma por parte de los diferentes agentes sociales (alcalde, grupos municipales, plataforma, etc) de una propuesta para retomar la declaración de BIC de la Chimenea, el inicio de los trabajos para derribar el antiguo Parque de Hulla de Saa ha hecho que esta idea de crear un modelo digital la Central térmica me haya vuelto a rondar con intensidad por la cabeza.

Es evidente y quiero dejar muy claro que soy partidario de la conservación física de todos aquellos elementos de la Central que sea técnica y económicamente viable conservar, pero también es innegable que la Central, tal y como la hemos conocido, va a dejar de existir, ya que la demolición de una buena parte de sus instalaciones es inevitable. En este sentido la idea de la preservación virtual toma impulso, pero ya no como alternativa a la conservación física, sino como un complemento de la misma.

Pongamos, por ejemplo, que la idea de preservar la Chimenea llega a buen término, que finalmente permanece en pie y en su cúspide se habilita un mirador. Utilizando la técnica de realidad virtual se podría habilitar una forma de poder mirar alrededor y poder ver, recreados digitalmente, todos aquellos edificios que hubieran desaparecido. O, por ejemplo, que se puedan habilitar puntos estratégicos en las inmediaciones de la Central que escaneando con el móvil un código QR y, utilizando la Chimenea como referencia, se pudiera tener una vista en realidad aumentada de las instalaciones desaparecidas. Todo esto sin perjuicio de la creación de un modelo íntegro digital, visitable virtualmente.

Personalmente, la preservación digital ya no me parece tanto un premio de consolación, sino un complemento perfecto a la preservación física de todo aquello que se pueda salvar. No conozco el nivel de detalle de las imágenes tomadas por Endesa, ni si son sólo del exterior o si han tomado también imágenes dentro de los edificios, ni sin son imágenes estáticas (fotografías) o si han tomado vídeos (que es lo más probable) ni la resolución de los mismos. En cualquier caso, lo que es indiscutible es que es un gran paso adelante que hace 20 años no hubiese sido posible y me parece que sería desaprovechar una oportunidad única el no hacer algo en este sentido. Al fin y al cabo, la central todavía está completa… aunque por poco tiempo.

Marco Chacón Ramos.