En mis dos anteriores artículos de la serie “Preservar la central térmica” he dado a entender y he manifestado claramente que soy partidario de la conservación física de todos aquellos elementos de la central que sea técnica y económicamente viable conservar. Esta idea no ha parado de rondarme la cabeza desde que se difundió la noticia de la inminente demolición de la central, puesto que el “quid” de la cuestión es precisamente la última parte de la frase: que sea técnica y económicamente viable conservar.
No es una cuestión menor, ya que el principal argumento que esgrimen los opositores a la idea de la conservación de la central es qué hacer con ella, ya que está ocupando un valioso espacio que podría aprovecharse para otras industrias, dando a entender que esas instalaciones, una vez terminada su función de generar energía, ya no sirven para nada y la opción más razonable es deshacerse lo mas rápido posible de ellas. Y sugiriendo entre líneas que, como mucho y siendo generosos, tal vez cabría la opción de conservar la chimenea, opción que también tiene sus detractores y que está encontrando diversas resistencias y escollos que la Plataforma por el Patrimonio Industrial de As Pontes lucha pacientemente por superar. Dicho en corto: no merece la pena conservar nada de esta majestuosa obra de ingeniería sencillamente porque ya no sirve para nada y porque su conservación no es viable, ni bajo el punto de vista técnico ni bajo el punto de vista económico.
Personalmente tengo que decir que no estoy en absoluto de acuerdo con estos planteamientos. De hecho, navegando a través de Internet, he encontrado, justo al otro lado del Atlántico, la que podría ser la solución ideal para el problema de la viabilidad: el proyecto para la rehabilitación de la antigua Central Térmica de Manresa Island en Connecticut, Estados Unidos.
La central térmica de Manresa Island, oficialmente Norwalk Harbor Generating Station, fue una planta eléctrica de 352 MW de potencia (casualmente lo mismo que generaban cada uno de los grupos de As Pontes) situada en Manresa Island, no lejos de la localidad de Norwalk Harbor, en el estado de Connecticut y a unos 60 km de la ciudad de Nueva York (tomando como referencia Central Park). Fue puesta en servicio en 1960, alimentada inicialmente con carbón y convertida para quemar fuel-oil en 1972. Cabe señalar que la central carece de la clásica torre de refrigeración hiperbólica de tiro natural porque al estar situada en un isla y contar con un aporte masivo de agua procedente del canal de Long Island no se consideró necesario dotarla de dicho elemento. Prácticamente desde el inicio de sus días la planta fue objeto de polémica por los daños ambientales provocados al área circundante, ocurriendo el primer incidente grave en 1979 tras producirse un considerable derrame de fuel-oil a las aguas del canal de Long Island. Asimismo, se causó polución del terreno circundante a la central por el depósito de las cenizas procedentes de la combustión del carbón entre 1960 y 1972. A pesar de que en la década de 1990 era considerada una de las más contaminantes del estado, la planta continuó operando hasta que en el año 2012 el huracán Sandy causó daños de diversa consideración a las instalaciones. Su operador en aquel momento, la empresa NRG Energy, no consideró viable la reparación de los desperfectos, siendo en última instancia apagada y desconectada de la red eléctrica en Junio de 2013, permaneciendo desde entonces cerrada y en estado de abandono. Se estima que durante los 53 años que estuvo en servicio proporcionó energía para alrededor de 280.000 hogares y en el momento de su cierre daba empleo a una plantilla de 37 trabajadores.
La central térmica de Manresa Island cuando era nueva en 1960. En primer término se aprecian las parvas, los molinos de trituración y pulverización y las cintas transportadoras del carbón
Y este podría haber sido el fin de la central térmica de Manresa Island, abandonada, vandalizada y eventualmente reducida a ruinas, víctima del inexorable paso del tiempo y de la falta de mantenimiento. Sin embargo y por fortuna, parece que para esta central la historia se va a escribir de una forma total, completa y sorprendentemente diferente.
Existe actualmente en marcha un ambicioso proyecto para transformar la central térmica y regenerar el espacio circundante a la misma. Así, el antiguo edificio de calderas y turbinas será convertido en un espacio público para disfrute de los ciudadanos, adaptando las antiguas estructuras para eventos y actividades deportivas, recreativas y culturales. Dado que la central está situada en una isla y rodeada de espacios naturales, el entorno de la misma será recuperado y transformado en un parque con pasarelas de madera que permitan a los visitantes acceder a los distintos hábitats con los que cuenta la isla. También está prevista la construcción de una playa artificial y el antiguo descargador de carbón será convertido en una marina deportiva para el disfrute de las actividades acuáticas. El proyecto de Manresa Island también tiene en cuenta el cuidado y preservación del patrimonio industrial, ya que tanto la chimenea de la central como la antigua sala de turbinas (seguramente una de las cuales quedará expuesta) serán conservadas como herencia histórica y testimonio de la historia industrial de la región.
La central de Manresa Island tras su cierre en 2013. En primer término depósitos de fuel-oil y el antiguo muelle de descarga del carbón. Tras la central se aprecian las antiguas barras eléctricas del parque de transformación
En As Pontes podríamos tomar nota y seguir este ejemplo. Sin entrar en instalaciones específicas como el parque de carbones, la chimenea o las torres de refrigeración, para los que habría que buscar soluciones y usos alternativos, nuestra central cuenta con 4 grupos de generación con dos estructuras diferenciadas: los dos edificios de calderas y justo tras ellos el edificio anexo de turbinas, en una disposición muy similar a la de la antigua central térmica de Manresa Island. Siguiendo este ejemplo, a nivel visual se mantendría la estética general de los edificios, pero (al menos en los edificios de calderas) sería necesario retirar los actuales muros exteriores, así como desmantelar la desulfuradora (incompleta e imposible de musealizar) recuperando el antiguo estacionamiento frente a la central, al pie de la chimenea. Estos trabajos incluyen retirar, observando los correspondientes protocolos de seguridad, materiales peligrosos como el amianto. Es obvio que todos estos trabajos tienen un coste, pero también es obvio que hay que realizarlos de todas formas, independientemente de que la central sea reformada o demolida, con lo cual es un coste que es inevitable afrontar.
Una vez retiradas la desulfuradora y las paredes exteriores, se procedería a sustituir éstas últimas por una nueva fachada, consistente en un muro-cortina de cristal, que aporte al interior de los edificios la luz natural necesaria para humanizar el espacio. Evidentemente la construcción de esta nueva pared de cristal es una tarea que tiene un coste importante, pero desmantelar y derribar todo el conjunto de la central, retirar y reciclar los escombros generados y, en último término, re reacondicionar el solar tampoco es que sea precisamente barato en comparación. Por su parte, el edificio de turbinas de la parte posterior, que si no me equivoco forma un espacio interior único, tendría que ser compartimentado, separando cada uno de los grupos y debidamente acondicionado.
Llegados a este punto se podría proceder con la transformación de los grupos. Naturalmente uno de los ellos (pongamos, por ejemplo, el grupo 1) habría de ser convenientemente musealizado, conservando la caldera, el turboalternador y demás maquinaria auxiliar que se considere interesante preservar. Lógicamente, el edificio que alberga la caldera tendría que recibir las mejoras necesarias en materia de accesibilidad para poder recibir a los futuros visitantes. La parte del edificio de turbinas correspondiente a este grupo (que ya dijimos que habría de ser separada del resto) necesitaría el trabajo de acondicionar y exponer el turboalternador, así como acoger a los restantes elementos del museo: paneles informativos, tal vez cuadros de mandos y de control, así como vitrinas con distintas colecciones, exposición de fósiles, exposición fotográfica y de vídeo, maquetas, obras de arte, etc. También se puede incluir en este espacio una sala que albergue toda la documentación histórica, a ser posible digitalizada, y la posibilidad de la consulta y el estudio de la misma. El grupo 1 quedaría así convertido en el Museo de la Energía (o Museo de la Luz o el nombre que se estime oportuno), cuya visita podría incluir la subida a lo alto de la chimenea.
Los restantes grupos podrían ser fácilmente reconvertidos. Desmantelando y retirando toda la maquinaria interna (otro trabajo más que hay que realizar sí o sí) y conservando las estructuras que, a modo de exoesqueleto, sostienen las calderas y los elementos anexos a la mismas, se habilitarían varias plantas que, dotadas de las correspondientes instalaciones de electricidad, fontanería y telecomunicaciones, así como sistemas de aire acondicionado y prevención de incendios (como en cualquier edificio moderno) podrían ser dedicadas a múltiples actividades.
Uno de los grupos, o mejor aún, dos de ellos contiguos entre sí, (grupos 1 y 2 o grupos 3 y 4) podrían dar cabida a oficinas y espacios de trabajo de diferentes tamaños, que sean modulares y adaptables a las necesidades y requerimientos de las empresas que las vayan a utilizar, así como espacios especialmente orientados al coworking, una tendencia últimamente al alza dentro del mundo empresarial. Adicionalmente, se podrían habilitar distintas salas para conferencias, salas de exposiciones, salón de actos y aulas de formación. La parte correspondiente del edificio de turbinas podría dedicarse (dependiendo de la demanda) o bien a oficinas adicionales o bien podría ponerse a disposición de alguna empresa que interesada en aprovechar el espacio como almacenes o talleres. Y ya que el grupo 1 lo hemos dedicado a museo, pongamos que fueran destinados para este propósito los grupos 3 y 4.
¿Y por qué oficinas? Porque tras el fin de la pandemia mundial causada por el covid, con la consiguiente recuperación económica, el alquiler de oficinas y espacios de trabajo está repuntando. Una búsqueda rápida en Google, introduciendo “demanda oficinas 2024”, nos devuelve resultados como “La demanda de oficinas en Europa alcanza los 3,7 millones de m2 en el primer semestre de 2024” o “Aumenta la demanda de oficinas en España en 2024”. En un ámbito geográficamente más cercano, tenemos, por ejemplo, un artículo aparecido en el diario La Opinión de A Coruña el pasado 8 de Abril de 2024, en el que se trata precisamente este tema en una perspectiva más cercana y local.
En dicho artículo se recogen las impresiones al respecto de diversas inmobiliarias, especializadas en el alquiler de oficinas, donde podemos leer párrafos como “…hay empresas que han crecido y que necesitan espacios de mayor tamaño, algo que es muy difícil de encontrar en la ciudad. Tengo varios clientes de empresas grandes, que necesitan un espacio de 400 metros o más, […] que es casi imposible encontrarlo en una sola planta. […] a algunos empresarios no les queda más remedio que dividirse en varios inmuebles”. O un poco más adelante “… Urbeko Inmobiliaria ha tenido varios clientes de empresas tecnológicas de gran tamaño. Colocamos una (empresa) en una de las torres de Matogrande, con 220 trabajadores, […] señala que A Coruña se está haciendo un hueco importante en el sector tecnológico, con gente que viene de Salamanca, de León de Zamora. […] Aparte de buena accesibilidad y proximidad al aparcamiento, las tecnológicas buscan espacios diáfanos, con mucha luz, buena accesibilidad y libres de barreras arquitectónicas, para dar una buena situación de trabajo. La informática es una tarea dura a nivel mental y los buenos empresarios buscan inmuebles que permitan instalar “bonus” como una buena cafetería o espacios cómodos”.
Convertir dos de los grupos de la central en oficinas y espacios de trabajo no solamente sería una buena forma de atraer nuevas empresas e inversiones para As Pontes y de generar nuevos puestos de trabajo de alta cualificación, sino que al mismo tiempo permitiría rentabilizar y poner en valor las instalaciones, que pasarían a tener una utilidad práctica, dándoles una segunda vida productiva. Adicionalmente, se diversificaría la oferta laboral, haciéndola menos dependiente de la industria, y apostando por el sector servicios del ámbito tecnológico, que es un sector en franca expansión y crecimiento en las últimas dos décadas. La posibilidad de contar con buenas conexiones a internet, acceso a una autovía, tener tres ciudades a menos de una hora en coche y disponer de unos alquileres más económicos que en las grandes urbes, serían incentivos a tener en cuenta para que las distintas empresas (ya sean pequeñas, medianas o grandes), así como startups, emprendedores o incluso los llamados nómadas digitales considerasen la opción de instalarse en As Pontes. Además, la inversión en tecnologías de la información puede ser una buena alternativa para la revitalización de la llamada “España vaciada” y de zonas industriales deprimidas, dado el declive actual del campo y de la industria, haciendo que una parte de la población apueste por volver a vivir y trabajar en el pueblo, con el incentivo adicional de ofrecer una mejor calidad de vida que las cada vez más caras, saturadas y estresantes ciudades.
Llegados a este punto ya tendríamos los grupos 3 y 4 transformados en oficinas y centros de trabajo y el grupo 1 convertido en un impresionante museo. ¿Y qué hacer ahora con el grupo 2? Pues, siguiendo el ejemplo de la central térmica de Manresa Island y dado el volumen y la altura del edificio, se puede convertir sin problemas en un espacio de acceso al gran público como espacio de recreativo y de ocio para realizar todo tipo de actividades, mayoritariamente deportivas, pero también sociales, educativas y culturales.
La idea sería habilitar en el grupo 2 algo en la línea de la Casa del Agua de A Coruña. La sección inferior del edificio podría albergar un talaso, con saunas, piscinas de hidromasaje y salas de fisioterapia. Para los niños más pequeños y gente joven (y no tan joven, por qué no) también podría haber piscinas con toboganes, juegos de agua o incluso una piscina de olas, similar al Aquapark de Cerceda pero todo bajo cubierta, a salvo de las inclemencias meteorológicas y utilizable durante todo el año. ¿Y por qué en la parte inferior? Pues para concentrar el mayor peso en la parte baja, ya que si la estructura puede soportar las toneladas de peso de una caldera es lógico pensar que también debería poder sostener el peso de las diferentes piscinas. Además, en su parte inferior el edificio es más ancho y tiene mayor volumen, con lo que hay más disponibilidad de espacio. Por su parte, la mitad superior del edificio podría albergar salas para ejercicio físico, un gimnasio equipado con las correspondientes máquinas y otras salas para actividades como aerobic, zumba, artes marciales, yoga, pilates, bailes de salón, etc. El pináculo superior del grupo, dada su altura, podría incluso albergar un rocódromo. En el bajo del edificio podría habilitarse, bien visible en la parte frontal (al pie de la chimenea) una cafetería y más escondida en la parte trasera (hacia el edificio de turbinas) la zona de duchas y vestuarios. La parte del edificio de turbinas correspondiente al grupo 2, una vez desmantelado y retirado el alternador y la maquinaria auxiliar que pudiera haber, podría dar cabida a canchas cubiertas para futbito, squash, voleybol, baloncesto, etc. Si el público lo solicita, se podría dar cabida a una sala de recreativos, como futbolines, mesas de ping-pong y de billar o incluso una bolera (como ya existió en su día en el Lar). También podrían habilitarse aulas o salas a disposición del público para otras actividades como la celebración de reuniones, la impartición de seminarios y cursillos, etc. Incluso cabria la posibilidad de que el edificio llegara a albergar una sala de estudio o una biblioteca en su interior.
El grupo 2 quedaría así abierto para el uso y disfrute de los ciudadanos, teniendo además la posibilidad de atraer visitantes de localidades alrededor de As Pontes e incluso turistas que estén de paso por la Comunidad Autónoma. Como efecto adicional, estas instalaciones lúdicas y deportivas complementarían a las oficinas al modo del “bonus” que se mencionaba en el artículo de La Opinión, en el que las empresas podrían ofrecer suscripciones a sus empleados por el uso de las instalaciones, que sumadas a las entradas y cuotas del público visitante contribuirían a rentabilizar y a poner en valor este espacio.
Si usted, querido lector, ha tenido la paciencia de llegar a este punto (cosa que agradezco infinitamente) con total seguridad estará pensando que me he vuelto loco, que todo esto no ha sido más que un ejercicio de fantasía y que he dejado volar demasiado alto mi imaginación, y es verdad. Pero también es verdad que mi visión está basada en un proyecto real, que está bien planificado y que se va a llevar a cabo en los Estados Unidos. Además, a lo largo y ancho de España y del mundo existen múltiples ejemplos de edificios e instalaciones industriales que nacieron cumpliendo una función y con el tiempo se han reconvertido para cumplir otra bien distinta, siempre al servicio de la sociedad. Estoy convencido que nuestra querida central térmica, símbolo de identidad de la localidad, todavía tiene mucho que ofrecer a As Pontes y que antes de caer víctima de los explosivos, los sopletes, las sierras radiales y la bola de demolición aún puede tener por delante una segunda vida, al menos igual de larga, próspera y exitosa que la primera.
Autor: Marco Chacón Ramos
Fuentes consultadas:
https://www.laopinioncoruna.es/coruna/2024/04/08/oficinas-demandadas-coruna-zonas-amplias-100754832.html
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/coruna/2021/10/10/ciudad-atasco-permanente/0003_202110H10C2992.htm
https://termaria.es/
https://inmobiliaria.cushmanwakefield.es/blog/demanda-de-oficinas/#Estrategias_para_optimizar_el_espacio
https://brainsre.news/demanda-oficinas-europa-primer-semestre-2024/
https://www.cbre.es/insights/figures/datos-de-mercado-oficinas-figures-tercer-trimestre-espana-2024
https://www.archdaily.com/1021894/big-and-scape-reimagine-decommissioned-power-plant-into-a-public-
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