Escribir, siempre, es escribir una carta a alguien, más o menos conocido. Cada mes al ponerme delante del ordenador para configurar A Nova Unión estoy empezando a charlar con alguien que no sé quién es, ni tan siquiera si lo conoceré algún día. Un alguien que, a lo mejor, descubro meses después, cuando saliendo de la Capilla del Carmen una persona me dice “opino como tú”. Y eso, a veces, ocurre.

Hoy por el contrario sí sé para quien escribo, y es para ti Valentín.

Nací en Puentes de García Rodríguez-así le llamaban entonces- en el Campo de la Feria, y soy arquitecto. Sobran presentaciones, nos conocemos bien.

Por eso, cuando supe que querías demoler la Chimenea y el Parque de carbones sentí que tenía la doble obligación de oponerme. O quizás la triple. pues yo ayudé activamente para que tú estuvieses donde hoy estás.

Probablemente, pensé, sería la mía una oposición simbólica, sin efecto práctico alguno, pero no quería que quizás un día, convertidas aquellas extraordinarias estructuras en escombros, alguien -quién sabe si mis nietos-pudiera decir con tristeza que su abuelo, que era arquitecto y las vio caer, tampoco dijo nada.

Porque Chimenea, Parque de carbones, y posiblemente algunas estructuras más, no es que representen tan solo un símbolo para todos nosotros en As Pontes y un hito tecnológico e industrial en Europa y en el mundo, algo de lo que no cabe duda alguna, sino que su extraordinaria singularidad las hace potencialmente utilizables para multitud de otros fines. Son muchos los ejemplos de exitosas reutilizaciones de edificaciones e infraestructuras industriales similares en las sociedades más civilizadas del mundo.

Y eso, que es  muy bien conocido por ti Valentín, hace que tu comportamiento de hoy me resulte por un lado revelador y por otro surrealista. Revelador porque, con él, pareces abandonar definitivamente  los intereses de As Pontes, poniéndote a trabajar de forma pública por los de Endesa- la vieja política de A Pontes que yo siempre combatí-en un alarde increíble de confianza sobre tu control político de la población que pienso pronto vas a comprobar que no es tal.

Y también me resulta surrealista por los argumentos de tan escasa entidad y tan falsos que utilizas para justificar tu postura pues ni el ayuntamiento asume gasto alguno manteniendo la Chimenea y el Parque de Carbones-al contrario que en el Canal 4 o la roto pala-ni hay suelo industrial afectado o útil para el municipio en la zona- que es de Endesa y a ti no suele regalarte nada -ni nuestro futuro pude depender de destruir esas monumentales estructuras.

Todo, absolutamente todo lo que dices para justificar la demolición es mentira Valentín. Mentira.

Tengo que creer -o más bien tengo que hacer el esfuerzo de hacerlo-que dejándote llevar en este caso por la irreflexión y la falta de sensibilidad hayas actuado sin medir las enormes consecuencias culturales y económicas que de la destrucción de nuestras singularísimas  infraestructuras industriales se derivarían. Hay no obstante indicios para pensar que tu actuación no fue fruto de esa espontaneidad irreflexiva y que existió, por el contrario, una voluntad explícita de actuar como parece  indicarlo que hayas arrastrado en tu obsesión dinamitera a Cohempo y Seara, instituciones, ya lo sé, comensalistas y sin criterio intelectual propio alguno que estoy seguro no te resultaron nada difíciles de convencer. Pero es que también has forzado un informe del Pumpido de turno de la Diputación recomendando el derribo de la Chimenea en lugar de solicitárselo al Ministerio de Cultura para que incorporase las infraestructuras industriales de As Pontes dentro del Plan Nacional de Patrimonio Industrial lo que hubiese conllevado financiación para estudios, conservación y reutilización de las infraestructuras industriales afectadas algo que hubiese sido mucho más útil para todos.

No pinta bien pues, en este caso, tanta voluntad en el mismo sentido y ninguna en el otro.

No obstante, no es el momento de recriminarte nada ni de exigirte responsabilidades antes al contrario lo es sin duda de construir futuro y en ese camino, Valentín, aunque en el tema no hayas tenido ni sensibilidad cultural ni acierto político, debes de darle un giro a esta situación porque conviene a los intereses de As Pontes y también a tu propio futuro político e incluso a su crédito personal.

No pases Valentín a la historia como un energúmeno, pretendiendo ir en contra de algo tan sensato y culturalmente válido como la preservación de nuestro patrimonio industrial y en contra también de la opinión unánime de expertos de todo el mundo, particularmente para el caso específico de As Pontes, de lo informado al respecto por la Cátedra Demetrio Rives de la  Universidad de Coventry, el INCUNA de la Universidad de Atenas, el TICCIH de la  Universidad de Sevilla, expertos de la Universidad de Évora, profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México, de la Universidad Politécnica de Cataluña y de la  Universidad de Ciencia y Tecnología de Beijing .

¿Cómo puedes atreverte a hacer lo que haces? ¿Quién eres tú ,o que representas culturalmente, para semejante tropelía?

Y por supuesto nunca te niegues a estudiar alternativas de uso similares a las llevadas adelante en Italia y otros muchos países europeos pues mantener tal actitud sería también ponerse del lado de la irracionalidad y en contra de los intereses no solo de As Pontes sino de los de Galicia y España. Es lo sensato y yo sé que lo entiendes, aunque hoy te apriete el zapato político y te cueste reconocerlo.

Porque en As Pontes, sin pretenderlo Valentín, has levantado una polvareda de esas que, de cuando en cuando, se levantan cuando un hecho irresponsable y cruel amenaza nuestro futuro y nos hace meditar obligándonos a todos, absolutamente a todos, salvo los ignorantes y los comensales, a pararte los pies defendiendo la información veraz a los vecinos, pues un hombre no informado o engañado nunca podrá elegir y elegir es la esencia misma de la libertad y de la vida. Libertad, vida y cultura que hoy defendemos todos frente a tu torpe intento de robárnoslas.

Párate pues Valentín, porque es este un momento crucial, por lo irrepetible e irreversible de lo que pueda ocurrir en As Pontes, pero también porque  resulta trascendental para ti, aunque no lo creas, y déjate de mercados persas, saltimbanquis,  carpas de circo, pólvora de salvas, peces voladores y otras mariconadas del tipo suelo industrial y gastos que nunca serán, pues si no actúas como corresponde, te aseguro, esta vez  no solo habrás arruinado  tu vida política sino que, además de robarnos la historia y el futuro a los vecinos de As Pontes, quedarás en el recuerdo local como un auténtico salvaje. O quién sabe si un sinvergüenza.

Piénsalo.

 

Aquilino Meizoso Carballo