O Freixo es una de las parroquias de As Pontes más castigadas por la despoblación. Pero dentro de esos datos oscuros, a veces surgen destellos. Lo que para muchos son inconvenientes de la Galicia vaciada, para otros se convierten en atractivos irresistibles, que llevan incluso a echar raíces en un lugar abandonado a gente llegada desde la otra parte del charco.

Este es el caso de Jorge Sunderland y Grisel Kuri, un matrimonio de mexicanos que en octubre compró una casa en el lugar de O Foro, un inmueble que han ido restaurando y en el que entraron a vivir en mayo.

Jorge era piloto, lo fue durante las últimas casi cuatro décadas, pero el covid aceleró los planes que tenía junto a su mujer. «Pensaba trabajar tres o cuatro años más, hace once que salimos de México, y últimamente volaba por Qatar, el sur de la India, Vietnam o Malasia«, enumera el nuevo vecino de O Freixo, quien siempre tuvo claro que acabaría en España cuando se jubilase.

Jorge era piloto y los últimos años volaba por Asia. La pareja tenía claro que acabaría en España, pero el covid lo aceleró todo

«Mi mujer tiene familia en Asturias, mis hijos crecieron en Asia y viven en Malasia, así que España cubría nuestro gusto y nos parecía un punto medio en el recorrido«, explica con su característico acento mexicano, recordando cómo Grisel fue la que buceando por internet encontró un anuncio de la inmobiliaria pontesa Nexonorte que los animó a descubrir Galicia.

A principios de octubre llegaron a As Pontes, donde vieron varias alternativas, hasta la casa de O Freixo. «Aquí nos gusta, le dijimos a Julio -el dueño de la inmobiliaria-, lo tuvimos más claro que nada», dicen al unísono.

Desde su llegada a tierras pontesas, aseguran, no han recibido «más que acciones amables», y recuerdan con cariño y nombres propios a todos los que se han ido cruzando por un motivo u otro por su camino.

PROYECTO DE VIDA. «Creo que en la vida siempre hay que tener algún proyecto, por pequeño que sea. Alcanzable, pero hay que tener proyectos», afirma Jorge, quien junto a Grisel trabaja en el suyo.

Y es que este matrimonio mexicano no ha venido solo a As Pontes para disfrutar de su merecido retiro, sino que tiene previsto poner en marcha diferentes iniciativas. Además de «promocionar los vinos de la Ribeira Sacra en Malasia«, se han hecho socios de la Casa do Mel de Goente. «Empezamos de cero, pero nos ha gustado tanto que ya tenemos nueve colmenas», dicen.

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«Las abejas son algo extraordinario, una actividad maravillosa. Tenemos mucho gusto por el producto y el nuestro va a ser de los mejores gracias a la Casa do Mel», insisten con una sonrisa, reconociendo que además de esta actividad irán aumentando poco a poco la familia. Ya han sumado un perro mastín -de nombre Caruso– y en breve llegarán algunas gallinas.

«Ya casi soy un auténtico gallego del rural», dice con retranca Jorge, al tiempo que mira un tractor que un vecino le regaló para restaurar. «Aquí emergen valores que estaban pero teníamos olvidados», añade, agradecido por poder «compartir y convivir» con sus nuevos vecinos de O Freixo. «Cuando vengan nuestros hijos se van a sentir como en casa», afirman orgullosos.

El Progreso