Chus Pardo, natural de Medina de Rioseco, en Valladolid, y afincada en As Pontes, llegó a Instagram por casualidad, casi como al municipio pontés. Y si en uno ya se siente una vecina más después de nueve años, en el otro se mueve como pez en el agua, con más de 16.000 seguidores y una cuenta, @un_toque_de_color, que no deja de crecer.
«Siempre me ha gustado el tema de la moda y para mí Instagram fue mi forma de evadirme del mundo de las oposiciones«, explica. Empezó viendo cuentas que le gustaban, de influencers y revistas… y se lanzó a publicar.
«Las primeras publicaciones eran de la ropa que me iba a poner, al principio no salía yo, y animada por las seguidoras empecé a salir, primero con fotos en el espejo y luego profesionalizándolas más y haciéndolas en la calle, porque es la ropa que quiero mostrar, es una cuenta de ropa real, con cosas accesibles para todo el mundo», relata.
«Cuando empecé no me imaginaba llegar a este número de seguidores. Era un hobby. Pero fue creciendo», dice. Desde que alcanzó los mil seguidores —su audiencia principal son chicas de entre 20 y 40 años de España, Italia o México— algunas marcas se empezaron a poner en contacto con ella. «Solo colaboro con las que me siento identificada o con productos que me gustan», asegura, y nombra Birchbox, Estée Lauder, Lalalab o Alibebé y Twistshake, desde que tuvo a su hijo.
«Cuando ves que hay más seguidores te autoexiges más, pero intento seguir siendo yo misma. Lo más importante es que siempre haya una persona a la que ayudes. Hay mucho trabajo detrás pero es muy gratificante recibir los mensajes de la gente», dice, y reconoce que aunque su verdadera vocación es ser maestra le encantaría complementarlo con Instagram o cualquier trabajo relacionado con la moda.
El Progreso
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