Las autoridades comunitarias tienen puesto el foco en la transición energética y en la consecución de los objetivos medioambientales marcados en la cumbre de París. A más de mil kilómetros de los centros de decisión de la UE, en la comarca ferrolana, se analizan más que nunca con interés las decisiones que se toman en ese ámbito, por cuanto cuenta con una central -la de Endesa en As Pontes- afectada por el proceso de descarbonización de la economía, y en plena fase de pruebas para utilizar biocombustibles, con unos astilleros, los de Navantia Fene, que ejecutan proyectos de eólica marina, y una terminal de regasificación en Mugardos, pieza clave en el hub de suministro de gas para el transporte marítimo. El pleno del Parlamento europeo aprobó durante esta semana el documento con las posiciones que va a defender en el Consejo para aprobar el reglamento definitivo sobre el Fondo de Transición Justa, y del que la comarca se beneficiará, ya que es una de las zonas contempladas. Según subrayó el eurodiputado Nicolás García Casares, el Parlamento europeo ha recogido «algúns elementos esenciais demandados polos socialistas», como aumentar el presupuesto de 11.270 millones a 25.358; excluir las inversiones en proyectos que impliquen deslocalizaciones, reforzar la dimensión social, permitiendo la financiación de actuaciones en infraestructuras y servicios sociales; luchar contra la pobreza energética y condicionar la concesión de los fondos al cumplimiento del compromiso con la neutralidad climática. «Os países que non se comprometan só recibirán a metade da súa asignación», afirma Nicolás García Casares.

Por otro lado, el Parlamento europeo también aprobó otro documento, que aborda el sistema mundial de recopilación de datos sobre el consumo de fueloil de los buques. Se calcula que las emisiones del transporte marítimo internacional rondan entre el 2 y el 3 % de las emisiones totales de efecto invernadero y es necesario recortar ese impacto. Por ello, propone, entre otras medidas, «que se estableza un obxectivo lineal de redución de emisións de CO2 para o transporte dun 40 % para 2030; poñer un límite ás emisións dos buques atracados; establecer un sistema de etiquetaxe ambiental dos buques, e incluír as emisións dos buques no mercado europeo de dereitos de emisións», subraya el eurodiputado gallego, quien también incide en las oportunidades que esta regulación puede traer consigo para el sector naval gallego.

Por otra parte, incentivará la renovación de la flota para moverse con combustibles menos contaminantes que los que se utilizan mayoritariamente, y podría potenciar el uso de las infraestructuras de Reganosa.

La Voz de Galicia