Fue uno de los gigantes de producción eléctrica del país y ahora entra en su fase final antes de bajar definitivamente la persiana. Endesa pone al ralentí la central de carbón de As Pontes, a la espera de recibir la autorización definitiva de cierre, situándola a disposición del sistema para entrar en operación únicamente en el caso de que sea necesaria. Con el precio de la tonelada de CO2 en el mercado de emisiones a 57,38 euros, la entrada en operación de las instalaciones de la antigua villa minera no es competitiva frente a otras fuentes de generación, por lo que en los meses que restan para que la eléctrica obtenga la autorización para el cierre, está previsto que su utilización sea minoritaria.

Aunque los representantes sindicales han reclamado con insistencia que Endesa sostenga el empleo tanto directo como de las subcontratas en la central hasta que se produzca el cierre definitivo, el compromiso de mantenimiento de la actividad en las firmas auxiliares finalizó el día 30 de junio sin acuerdo de prórroga y también se anuncian traslados del personal directo a los nuevos destinos.

En esta etapa de recta final hasta el apagón definitivo, se pondrá a disposición uno solo de los cuatro grupos de las instalaciones. Además, la plantilla directa se reducirá hasta cerca de unas 35 personas, y la indirecta —formada hasta ahora por unas 180 personas— adelgazará hasta los mínimos para garantizar que, de ser necesario, uno de los grupos pueda funcionar.

Esta situación ya ha tenido reflejo en las industrias complementarias, que han ido comunicando a sus trabajadores los consiguientes adelgazamientos de las plantillas que van a tener que acometer en los próximos días.

Tramitación prolongada

Inicialmente estaba previsto que Endesa obtuviese antes del 1 de julio la autorización para cerrar definitivamente la planta pontesa, pero el Ministerio de Transición Ecológica decidió llevar a cabo la tramitación de la clausura de forma ordinaria, y no simplificada, por lo que el plazo estimado al principio se demorará unos meses más. De hecho, no hay una previsión cerrada de cuándo Endesa obtendrá la luz verde, aunque en el mejor de los casos no se espera que se produzca antes de fin del presente ejercicio o principios del próximo. Es la única planta de carbón de las de Endesa en el país que está tramitando su cierre mediante este procedimiento, más largo que el abreviado, y que implica la presentación de un estudio de impacto ambiental exhaustivo.

Traslados en Maessa

Mientras, continúa sin resolverse el conflicto abierto en la plantilla de la metalúrgica Maessa de la central pontesa. Debido al recorte de los trabajos anunciados por Endesa, la compañía ha comunicado a los representantes de los empleados su intención de ejecutar algunos traslados aislados, pero los portavoces sociales rechazan la medida. Abogan por negociar con la dirección un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en el que podrían contemplarse varias opciones. Miguel López, presidente del comité de empresa, recuerda que en la plantilla de la firma hay varias personas con más de 60 años y que cuentan con coeficientes reductores de la edad laboral.

Por el momento, no se ha iniciado un diálogo entre las partes para intentar solventar este conflicto con un acuerdo.

Fuente La Voz de Galicia