Con nubes bajas y lluvia inclemente, nadie podía siquiera intuir el vapor que emanaba de uno de los cuatro grupos de la central térmica de carbón de As Pontes, este lunes por la mañana. El movimiento de camiones, transportando carbón desde el puerto de Ferrol a la villa minera, era el único indicio visible de la reactivación de la fábrica, inoperativa desde principios de julio, aunque en situación de disponibilidad para el sistema eléctrico desde entonces. La planta vuelve a operar, de manera temporal, «para contribuir al funcionamiento del sistema eléctrico nacional», según explican desde Endesa.

La compañía elude precisar cuánto tiempo se mantendrá una situación que califica de «totalmente excepcional», al tiempo que reitera su compromiso «de clausura de las centrales de carbón». De hecho, continúa en marcha la tramitación de la autorización administrativa para el cierre de la instalación pontesa, que la empresa atribuye «al cumplimiento de los objetivos de descarbonización y la falta de competitividad de la planta». Recuerda, además, que los cuatro grupos de la central suman 1.400 megavatios de potencia instalada, «pero solo dos están adaptados a los requerimientos ambientales exigibles en la actualidad».

La información facilitada por Endesa a los sindicatos CC. OO., CIG y UGT apunta a que la térmica podría seguir operando al menos hasta el 31 de diciembre. «Valorámolo, aínda que sabemos que é temporal. Os despedimentos masivos da industria auxiliar cos que contabamos en setembro non se deron», destaca Alberte Amado, de la Federación de Industria de la CIG. El mensaje sindical es unánime. Exigen al Gobierno central, la Xunta y la propia Endesa que «aproveiten este tempo extra para facer unha transición xusta de verdade, buscando alternativas de emprego para a industria auxiliar, nos traballos de desmantelamento, con formación e con outros proxectos a curto prazo».

Más del 90 % del personal de las compañías auxiliares sigue trabajando (unos 70 operarios), que se suman a otros tantos de la plantilla propia de Endesa. De estos últimos, unos 40 han permanecido siempre en la central, con el fin de mantenerla operativa, y ahora se han incorporado trabajadores que habían sido desplazados a otras localidades. La concejala de Industria de As Pontes, Ana Pena, se alegra «por la gente que va a poder pasar una temporada en casa, más aún coincidiendo con las fiestas navideñas». Pero tiene claro que «esto es algo coyuntural».

Un cierre irreversible

«Endesa continúa con el trámite de cierre y desde el Concello seguimos enfocados en buscar proyectos de futuro, una alternativa para el personal de la industria auxiliar y para los transportistas del carbón, que mitigue el impacto de la clausura de la térmica», remarca la edila. El incierto panorama energético internacional y la escalada de precios de la luz, derivada, en buena medida, del alza del gas, parecen ser las causas de esta reactivación provisional de la térmica pontesa.

Para el conselleiro de Industria, Francisco Conde, esta medida demuestra que «España precipitouse no peche de todas as centrais térmicas […], algo que nos pon en dificultades para garantir un prezo competitivo ás familias e ás pemes, e para garantir o subministro eléctrico». Entre la población, esta vuelta a la actividad se está viviendo con cierta indiferencia, ante la convicción de que el porvenir de la localidad no pasa por el carbón.

La de Galicia