La central térmica de As Pontes podría reactivarse de manera inminente y por un tiempo indefinido debido a la situación excepcional que vive actualmente el mercado energético, sumado a los problemas derivados del corte de suministro de gas a Europa por parte de Rusia.

Con este escenario inestable de fondo se celebró este martes una reunión «privada» entre el Ministerio para la Transición Ecológica y Endesa, en la que se abordó la posibilidad de devolver a la actividad la central de As Pontes y posponer así el cierre definitivo de la planta, cuya autorización se esperaba que llegase en próximas fechas.
Ni desde Endesa ni desde el ministerio han querido informar sobre el encuentro, al calificarlo de una «reunión de trabajo fuera de la agenda pública», ni tampoco sobre cómo quedará la situación a partir de ahora si finalmente se lleva a cabo la reactivación.

Sin embargo, fuentes del Gobierno sí han indicado que el Ejecutivo trabaja en la elaboración del Plan de Contingencia que la Comisión Europea requiere a los estados miembros para afrontar un posible corte total del suministro de gas ruso. Y, en este contexto, ha solicitado un informe específico a Red Eléctrica, como operador del sistema eléctrico, sobre distintos escenarios extremos que incluyan situaciones de escasez de gas natural o de otros productos energéticos.

Así las cosas, y aunque el informe no se centra específicamente en el caso de la central de As Pontes, sí podría resultar determinante para su futuro.

Esta falta de respuestas y la ausencia de un camino claro a seguir deja una vez más a los agentes implicados en este proceso, que lleva varios años dando tumbos, con muchas dudas e incertidumbres sobre el futuro.

TRANSPARENCIA. Ante este nuevo giro de los acontecimientos, el conselleiro de Economía e Industria, Francisco Conde, reclamó este martes al Gobierno, durante su visita a As Pontes, que traslade «información con transparencia, certidume e seguridade xurídica».

«Levamos estes últimos anos identificando proxectos industriais para reindustrializar a zona e agora esta situación non debería poñelos en risco», afirmó, en referencia a la iniciativa de Reganosa y EDP Renovables o a las que estudian Ence —cuya planta está prevista en el lugar que ahora ocupa la central— o la china Sentury para la localidad y que estarían supeditadas a los fondos de transición justa.

Además, el vicepresidente de la Xunta de Galicia pidió que se tengan en cuenta las políticas energéticas de la Unión Europea y que se mantengan «activas todas as capacidades de xerar enerxía no noso país», lo que implicaría no solo mantener abierta y operativa la central de As Pontes, sino también «abordar a ampliación da vida útil das centrais nucleares como están facendo noutros países», dijo.

Desde el Concello pontés, su regidor, Valentín González Formoso, recordó que si la central de carbón se mantiene operativa se confirmaría «o que levamos dicindo dende hai anos moitos de nós e todo un pobo». «Un país ten que deseñar a súa política enerxética de maneira prudente, non debe volcar unicamente a súa garantía de subministro nunha única enerxía cando a orixe xeográfica desta se evidencia que está en países convulsos», manifestó.La posible vuelta a la actividad de la térmica, que llega tras haber sido desacoplada el pasado mes de junio y tras operar de manera intermitente desde noviembre a petición de la operadora, dejaría en suspenso los contratos con las empresas auxiliares, vigentes hasta el 31 de julio, así como los traslados que acaban de ejecutarse entre el personal propio hace escasos diez días a sus destinos definitivos.

DOS GRUPOS. Todo apunta a que la central térmica de Endesa podría volver a operar como mínimo «cuatro o cinco meses», afirman algunas voces cercanas a la factoría, que entienden que la actividad llegaría con la puesta en marcha de al menos dos de los cuatro grupos y que se prolongaría en el tiempo.

En principio estarían disponibles los que fueron objeto de la adaptación para la que Endesa invirtió unos 200 millones de euros antes del anuncio del cierre, pero que tendrían que ser revisados, lo que implicará una nueva inversión por parte de la eléctrica y la necesidad de personal para llevar a cabo las tareas. También habría que solventar el problema del suministro de carbón, dado que el 24 de junio, cuando operó por última vez la térmica, se consumió la última remesa que había llegado en marzo desde Indonesia al puerto exterior de Ferrol.

Cuestiones que previsiblemente se irán dirimiendo en las próximas semanas y que harán que una vez más la chimenea, para la que la Xunta pide el reconocimiento de Ben de Interese Cultural (BIC) — el próximo martes se reunirá con el comité de crisis local para abordar este y otros temas—, vuelva a emitir ese vapor de agua tan característico para los ponteses.

Ribera asegura que el cierre se aplazará si ayuda a garantizar suministro

El Gobierno sólo prolongará la vida de la central térmica de As Pontes -en pleno proceso de cierre- si Red Eléctrica, como operador del sistema eléctrico, considera que, con el escenario abierto a raíz de la invasión rusa de Ucrania, sería útil para garantizar el 100 % del suministro.

Por contra, «si Red Eléctrica nos dice que en sus escenarios, tal y como venía diciendo hasta ahora, es posible garantizar el cien por cien de la electricidad sin mantenerla abierta, no tiene sentido mantenerla abierta», ha defendido la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en una entrevista con Onda Cero.

En ese sentido, ha descartado que el Gobierno tenga interés en prolongar la vida de esta central, cuyo proceso de cierre ha sido «enormemente complejo» e «intenso» durante los últimos cuatro años, y retrasar así «un proceso que beneficia a los vecinos de la comarca».

Además, aún se requiere de «más recursos» para encontrar alternativas laborales a empleados directos e indirectos y asegurar que las comarcas afectadas tengan alternativas industriales y económicas viables para fijar población.

Ribera ha explicado igualmente que mantener abierta esta central de Endesa supondría «un incremento de costes«, tener que garantizar una «disponibilidad que tendría que ser pagada por todos nosotros», y la necesidad de «salir a buscar carbón, que en estos momentos también está extraordinariamente caro».

Sin embargo, «en un horizonte como este, en el que tenemos que reforzar los planes de contingencia, tal y como nos recuerda la Unión Europea, es bueno que el operador del sistema del sistema que vela por que pueda responderse de forma anticipada a cualquier escenario de riesgo valore si (…) las cosas han cambiando y tiene que introducir alguna limitación adicional al cierre de la central térmica de As Pontes».

Si Red Eléctrica considerara oportuno mantener abierta la central, el Gobierno tendría que ve estudiar «en qué condiciones y cómo se sufraga su disponibilidad», ha explicado la ministra.

EL PROGRESO