Un cortometraje con tintes mitológicos y que quiere mostrar otra visión del rural. Esta es la base en la que se sustenta Sete herbas, el proyecto audiovisual en el que trabaja la pontesa Andrea Pico, estudiante de Interpretación Textual en la Escola de Arte Dramático de Galicia.
«Mis otros tres compañeros son de ciudad -dos de A Coruña y otro de Lugo- y desde que llegué a Vigo para estudiar empecé a darme cuenta de las distintas formas de pensar y las diferencias que hay en la forma de tratarnos, como si fuéramos inferiores solo por venir del rural, por eso también me apetecía que estas cuestiones se abordasen en el corto», indica Andrea, dando más detalles sobre él.
Además de codirigirlo, la joven pontesa se meterá en la piel de Belén, una chica de 22 años que acaba de graduarse en Psicología y tiene que enfrentarse a una importante decisión: aceptar un trabajo fuera del pueblo o quedarse en su casa con su abuela y su tía.
Acompañada de otros dos amigos se prepararán «para una noche de San Juan mágica, pero lo que les espera es una intensa experiencia en un pequeño pueblo que comparten, sin saberlo, con una comunidad de meigas», explica Andrea sobre la sinopsis de la pieza audiovisual, que nace, recalca, «por la falta de referencias en el cine sobre nuestra cultura y sobre los muchísimos mitos que pueblan nuestra tierra».
El proyecto, para el que están buscando financiación a través de una campaña de crowfunding en www.verkami.com -ya han conseguido cerca de 1.000 euros a través de las aportaciones de los mecenas, que con ellas recibirán diferentes recompensas-, se rodará íntegramente en la localidad de As Pontes, entre el 17 y el 21 de junio.
«Grabaremos en varios lugares pero, sobre todo, en Pena de Traste», dice la joven, que es originaria de este barrio de la parroquia de Ribadeume, que se convertirá por unos días en un pequeño escenario.
Una vez que concluyan con la grabación, iniciarán la posproducción, que previsiblemente se prolongará hasta el mes de octubre. Sete herbas, que podría estar ya listo en noviembre, cuenta con una banda sonora original.
INTERPRETACIÓN. Este es el segundo cortometraje -el primero fue Lapso– en el que interviene como actriz Andrea Pico, que desde niña siempre tuvo vocación por el mundo de la interpretación. «A los siete años ya lo tenía claro», afirma la joven, que no fue hasta diez años después cuando se subió por primera vez a la tablas.
Lo hizo con la compañía pontesa O Catre Teatro, y a las órdenes de Agustín Bolaños. «Fue una experiencia muy buena para improvisar, aprender y, sobre todo, para pasarlo bien», afirma Andrea, consciente de que ahora en la carrera es todo «más rígido».
Este año va a terminar el tercer curso y el próximo finalizará sus estudios en la Escola de Arte Dramático de Galicia, donde entró después de superar las pruebas de acceso para las que había solo 28 plazas.
La joven pontesa reconoce que ahora la interpretación le gusta incluso «más que antes» y aunque se define como «muy tímida» se transforma en cuanto tiene que interpretar un personaje.
En un futuro le gustaría poder trabajar en alguna compañía de teatro «recorriendo los pueblos» con alguna obra. Y de poder escoger, escogería Galicia. Su tierra, donde están sus raíces y donde espera cosechar una exitosa carrera como actriz. Que Sete herbas sea solo el comienzo.
EL PROGRESO
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