Una respuesta a las mentiras de una diputada del PSOE sobre el gallego, el español y Galicia
En España ya estamos acostumbrados a que el PSOE mienta, pero que lo haga muchas veces no significa que sus mentiras deban quedar sin respuesta.
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«La lengua gallega nació alrededor del siglo IX antes de Cristo»
El pasado martes 16 de mayo, en un debate en el pleno del Congreso de los Diputados, la diputada del PSOE María Montserrat García Chavarría afirmó lo siguiente: “La lengua gallega nació alrededor del siglo IX antes de Cristo”. La diputada añadió: “desgraciadamente, unos siglos después sufrió un proceso de sustitución por el castellano, agudizado, obviamente, todavía más, durante la dictadura franquista, que intentó despojar al pueblo gallego también de su identidad lingüística, prohibiendo su uso y castellanizando y deturpando topónimos“.
Sobre la toponimia, la diputada socialista dijo que “no podemos permitir ni aceptar su castellanización”, poniendo como ejemplo su localidad natal: “no es lo mismo ni es el mismo lugar Riotorto, el bonito y querido valle donde yo nací, que ‘Río Torcido’ o ‘Río Tuerto’, señorías”. Aquí el vídeo:
Atribuye su afirmación sobre el origen del gallego a un ‘lapsus’
A través de su cuenta de Twitter, la propia diputada reconoció que cometió un “terrible error” a situar el origen del gallego en el siglo IX a.C., atribuyéndolo a un “lapsus”. El caso es que no es el único error que cometió.
El gallego como tal nació del gallego-portugués o gallego medieval, una lengua derivada del latín -al igual que el castellano- de la que se separó ya en la Baja Edad Media. Fíjense ustedes lo malos que eran los castellanos que fue el Rey de Castilla Alfonso X El Sabio, nacido en Toledo (1221-1284), el autor de una de las más famosas obras en gallego medieval: las “Cantigas de Santa María”.
La Y en el gallego medieval y la paradoja de los llamados topónimos ‘deturpados’
Hay que decir que muchos topónimos en español de Galicia son anteriores a esa época. Hace seis años puse aquí el ejemplo de Bayona, establecido en 1201 en una carta-puebla concedida por el Rey Alfonso IX de León: “Et impono eidem villae de novo nomen Bayona”, decía el texto, en latín, la lengua culta utilizada durante siglos en los documentos oficiales de la Corte.
Paradójicamente, hoy ese topónimo se considera “castellanizado” o “deturpado“, utilizando la misma terminología que la diputada socialista, a pesar de ser muy anterior al actual topónimo en gallego “Baiona”. De hecho, como puede comprobar cualquier que lea las citadas “Cantigas de Santa María” o las “Cantigas de Amigo” de Martín Codax, observará que en el gallego medieval se utilizaba la “Y”. De hecho, se siguió usando en el gallego hasta la Edad Contemporánea (lean, por ejemplo, el famoso poema “Negra somba” de Rosalía de Castro, que la incluye seis veces). En el colmo del surrealismo, los nacionalistas y sus palmeros han decidido que una letra usada durante siglos por el gallego es algo que “deturpa” y “castellaniza” un topónimo. Es para echarse a reír…
La lengua gallega y el franquismo: algunos hechos que olvidó la diputada
Además, dice la diputada del PSOE que el franquismo prohibió el uso del gallego. No es verdad. Es cierto que no lo admitió en la enseñanza reglada, pero antes de la muerte de Franco, en mayo de 1975, se aprobó un decreto para la inclusión de las lenguas regionales en la enseñanza. Así mismo, una de las principales editoriales en lengua gallega, Galaxia, fue fundada en 1950 en Santiago de Compostela. Desde entonces sólo ha publicado libros en gallego.
Como doña Montserrat aún no había nacido, a lo mejor también se le pasó que el Día de las Letras Gallegas empezó a celebrarse en Galicia en 1963, organizado por la Real Academia Gallega. Durante el franquismo se celebró 13 veces.
Así mismo, también durante el franquismo, entre 1970 y 1971, el cantante ferrolano Andrés do Barro, nacido -por cierto- en una familia muy vinculada a la Armada Española, logró situar cuatro canciones en gallego como números uno en las listas musicales españolas: “O tren”, “Corpiño xeitoso”, “San Antón” y “Pandeirada”. Hay que decir que desde entonces ningún otro artista ha logrado situar ni una sola canción en gallego en el número 1 de esas listas.
El borrado de los topónimos en castellano de origen medieval
Por otra parte, dice doña Montserrat que el franquismo se dedicó a castellanizar topónimos. La realidad es que ya había topónimos en castellano en Galicia desde la Edad Media, pues fue entonces cuando se empezó a usar esa lengua en la región. De hecho, fue entonces cuando se convirtió en lengua franca en toda España. De esa época proceden topónimos como “La Coruña”, “Sangenjo”, “Bayona”, “La Guardia”, “Caldas de Reyes”, “Tuy”… Esos topónimos también son parte del patrimonio cultural de los gallegos, pero los políticos han decidido borrarlos por el mero hecho de estar en castellano. El colmo es que algunos llamen a eso “bilingüismo cordial”.
Dicho sea de paso, según el INE, “Riotorto” ha aparecido así en todos los censos desde el primero que se hizo en 1842, incluidos los de 1940, 1950, 1960 y 1970, elaborados durante el franquismo. Así que no se entiende a qué viene lo de decir eso de “Río Torcido” o “Río Tuerto”, salvo para dejar claro que a la diputada lo que le parece ridículo es el significado del nombre de su pueblo.
En todo caso, estaría bien que doña Montserrat dijese si acaso La Coruña “no es lo mismo ni es el mismo lugar” que “A Coruña”, la provincia a la que esta señora representa en el Congreso de los Diputados, ya que en el Estatuto de Autonomía de Galicia figura como “La Coruña” (Artículo 2).
Niegan a los gallegos hispanohablantes el derecho a usar topónimos en su lengua
El de la ciudad herculina es uno de muchos ejemplos de topónimos en castellano de Galicia que son de origen medieval, y que ciertos políticos han decidido borrar de un plumazo como si los gallegos hispanohablantes fuésemos extranjeros en nuestra propia tierra -y lo hubiesen sido nuestros ancestros durante siglos-, negándonos el derecho a referirnos a los lugares en los que vivimos en nuestra propia lengua (porque la lengua propia de una persona es su lengua materna, y no la que diga un político) e incluso considerando “feo” (que eso significa deturpar: afear) que se use un topónimo en lengua española.
Esto último demuestra a qué grado de fanatismo han llegado los nacionalistas lingüísticos en Galicia. Incluso en casos como el de Finisterre, forma en español que conserva casi intacto el original latino “Finisterrae”, consideran que lo “deturpado” es el topónimo más parecido al original, y no la forma gallega actual “Fisterra”, que es muy posterior.
El falso tópico de que los topónimos se forman por traducción
Por lo demás, hay que recordarle a la diputada socialista que los topónimos no se forman por traducción, sino por adaptación fonética en la mayoría de los casos. De no ser así, en vez de “Pekín”, los españoles diríamos “Capital del Norte”, y en vez de “Dublín” diríamos “Laguna Negra”. De igual forma, en gallego tendría que decirse “Xeolandia” y no “Islandia”, una forma derivada del topónimo islandés “Ísland”, que significa tierra de hielo.
El hecho de considerar “feo” que se usen topónimos en una lengua es un prejuicio ideológico que no debería justificar el borrado de topónimos a nivel oficial, y menos aún allí donde hay dos lenguas oficiales y se borran los topónimos en una de ellas, como se ha hecho en Galicia con los topónimos en español. Porque si nos ponemos tontitos, a lo mejor lo que le parece “feo” a un vecino de Getafe, de Cartagena o Castilla y León es que en la TVG cite esos lugares como “Xetafe”, “Cartaxena” y “Castela e León”, pasándose por el arco del triunfo esa excusa que ponen los nacionalistas de que los topónimos no se deben traducir… Si el pretexto es que en gallego no existe la pronunciación aspirada de la ge y de la jota, en español tampoco existe el sonido de la “xe” gallega, y ahí tienes a todos los talibanciños exigiendo a los hispanohablantes que digan “Sanxenxo” en vez de “Sangenjo” al hablar en español.
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