De un molino y taller de torneo de madera surgió una empresa de mudanzas en 1978 que fue el germen del conglomerado que, tras el fallecimiento de Severiano Castro, lidera José Luis Catro Romero, consejero delegado del Grupo Servicio Móvil. De los nueve hermanos de esta familia de As Pontes, donde sigue la sede, seis están vinculados a alguna de las 18 divisiones de la compañía que emplea a 1.832 personas en toda España, 797 en Galicia. La logística de consumibles sanitarios -en la pandemia fueron el soporte del hospital de campaña del Ifema-, y la gestión de documentación clínica, son dos de sus especializades. «Buscamos nuevas oportunidades. Es una evolución continua. Hace seis años teníamos tres o cuatro ingenieros, ahora hay más de 50. De un trabajo muy físico, de almacenaje, pasamos a la digitalización y ya estamos en el campo de la explotación de los datos. Tenemos una división tecnológica propia de desarrollo de software», detalla José Luis Castro Romero.

«Aunque somos una empresa familiar, somos una compañía con criterios evolutivos modernos, implicada con el entorno y la sociedad. Una empresa familiar que se enquiste en el formato y modelo tradicionales, sencillamente, se muere. Dura los años que dura», alega.

Este 2020, en global, no ha sido del todo malo para la firma. «Teníamos unas proyeccciones iniciales que tuvimos que modificar y vamos a crecer este año. En cuatro años lo hicimos en un 54 %. Frente a empresas de otro tipo, que se reparten dividendos con más facilidad, aquí se suelen reinvertir. Si te pilla una crisis, como nos pilló la del 92, aprendes. En la del 2008 no perdimos ventas, pero tuvimos problemas de demora en los cobros. Como teníamos pulmón interno, sobrevivimos. Tenemos reservas para aguantar dos o tres años malos, y eso es la clave de que las empresas familiares soporten las crisis», defiende.

Fuente La Voz de Galicia