La viabilidad económica de la térmica de As Pontes con biocombustibles es, un año después de que Endesa solicitase el cierre, la única oportunidad de cambiar su suerte. Desde la eléctrica, la posición es clara, pero están «dispuestos a facilitar que un tercero se haga cargo», asegura el director territorial de Endesa en la zona noroeste

La térmica de As Pontes, con 1.400 megavatios, era la joya de la corona, el gigante de la energía que ahora se enfrenta a una cuenta atrás tan negra como el carbón que devoró. Con los días contados para la última evaluación en la Mesa de Transición, después de que las partes se diesen varias semanas para analizar los datos, el director territorial de Endesa en la zona noroeste, Miguel Temboury, insiste en las dificultades de futuro para la central.

Endesa apostó y adaptó la central a la nueva normativa de emisiones europea (Dei) pero el panorama cambió de forma radical. ¿La térmica está condenada al cierre?

Ha sido algo que nos ha cogido a todos con el paso cambiado y lamentablemente Endesa también se ha visto perjudicada. En 2016 se aprobó una inversión de 220 millones para instalar sistemas de desulfuración y desnitrificación y a principios de 2019 se produjo un cambio muy brusco en el mercado, motivado por un incremento muy fuerte de los derechos de CO2, que, junto con una caída de los precios del gas, llevó a que todas las centrales de carbón en España se quedaran fuera del mercado. En abril la producción paró en seco y de las doce centrales que hay en España, o están cerradas o están cerrando. Solo hay una que va a continuar pero quemando gases industriales en Asturias.

EL Progreso