Todos nacemos con dos afectos de fábrica, constituyen el patrimonio de cariño y de protección que de forma natural nos entregan nuestros padres. Con el paso del tiempo vamos incrementando ese patrimonio, primero con los hermanos y abuelos y después, ya desde la infancia y poco a poco, en las distintas etapas de la vida van apareciendo los amigos quienes en muchos casos terminan siendo un enorme patrimonio afectivo que llena de sentido y da calidad nuestra existencia. Y ese fue para mí el caso de Ferpu.

Conocí a Antonio Lorenzo Cabarcos en junio de 1980. Fue aquel primer contacto puramente profesional con un hombre entonces maduro y en plenitud. Pronto aquellos encuentros se hicieron más frecuentes y pronto también surgió entre los dos una intensa comunidad de intereses y formas de pensar. Éramos muy parecidos en muchas cosas, una actitud deportiva y competitiva ante la vida y un orgullo de pertenencia y protagonismo en un pueblo que nos granjeó a ambos el mismo tipo de enemigos. Y aquellos enemigos nos unieron aún más.

De Toñito Cabarcos surgió la idea de crear Amigos de As Pontes y aún recuerdo cuando una tarde de invierno me hablaba por primera vez de tal posibilidad en la acera de la Avenida de Ortigueira. Luego durante toda su vida habría de ser un fiel colaborador e impulsor de la idea.

No fue pues Cabarcos un hombre cualquiera para mí, antes, al contrario, fue compañero y consejero en lo profesional, lo político y hasta lo personal. Pero no fue tampoco un hombre cualquiera en As Pontes, sino que formó parte junto con Andrés Silva, D. Enrique Rivera Rouco, Marucho y tantos otros de su estructura de pueblo. Su opinión y sus iniciativas contaban siempre y siempre también eran tenidas en cuenta por unos y por los otros.

La nube de su afecto que me arropaba cada vez que nos veíamos se fue este noviembre no sé a dónde, pero sí sé que notaré su ausencia al pasar por la Plaza.

Con mi pesar a tu familia -de la que fuiste un devoto servidor-hoy debo decirte adiós Toñito.

Aunque siempre estarás en mi recuerdo.

 

Fdo. Aquilino Meizoso Carballo