Las centrales de ciclo combinado, que utilizan gas y vapor de agua para la producción de electricidad, son una pieza indispensable como respaldo en los sistemas de generación que se sustentan en un notable número de instalaciones renovables. Su rápido arranque en aquellos momentos en los que se produce una caída de la producción las configuran como centrales clave en el proceso de transición energética actual, ya que no siempre existen garantías de uso de recursos naturales como el viento y el sol, y al mismo tiempo cubren el hueco que están dejando las centrales de carbón, en proceso de cierre. Por ello, la central de ciclo combinado de Endesa en As Pontes —de 800 megavatios de potencia— se erige como una factoría indispensable para el mantenimiento de la actividad y el empleo en Galicia de la compañía.

El grupo de gas, que comenzó a operar en el 2008 tras una inversión de 400 millones de euros, ha producido hasta la fecha 13,5 millones de megavatios a la hora. Aunque ha estado sometido periódicamente a actualizaciones tecnológicas, la última revisión exhaustiva la llevó a cabo el pasado año, poniendo a punto las turbinas y los generadores, entre otros. «Este ciclo fue el primero de España, hace diez años, en adaptarse a la operación flexible», subraya Miguel Asún, director de Operación y Mantenimiento de Tecnologías de Carbón de Endesa, que llegó a ostentar la dirección de las instalaciones. Mediante ese procedimiento, la central de ciclo combinado accede «a todo el mercado de reserva existente» y se adapta a las fluctuaciones de la generación renovable. Por otro lado, son un tipo de instalaciones que permiten operar «con altas eficiencias a bajas cargas», opciones que no pueden cubrir otro tipo de factorías.

Doble tecnología

Asún explica que As Pontes es el único territorio en el que Endesa cuenta con la doble tecnología, del carbón y el ciclo combinado, y considera estas circunstancias como una ventaja para la zona «para que se haga una transición más suave».

Subcontratistas

Además de los trabajadores directos del grupo de gas, regularmente cuenta con una red de subcontratistas formada por 15 empresas de distinta índole.

«No tiene ningún sentido mantener una central de carbón solo por atender sucesos como el Filomena»

Miguel Asún califica de «excepcionalidad ibérica» la situación por la que atraviesa la central de carbón de As Pontes. En el marco de su proceso de descarbonización de su mix de generación peninsular y su apuesta por las energías renovables, Endesa solicitó el cierre de todas sus centrales que producían electricidad con mineral. Inició la tramitación de la clausura de la térmica pontesa al mismo tiempo que la de Litoral, en Almería, en diciembre del 2019. Dos años y medio después, el Ministerio de Transición Ecológica aún no ha dado luz verde al apagado de las instalaciones de la comarca ferrolana. Para Miguel Asún, constituye una situación extraordinaria, ya que todas las centrales de carbón de España y Portugal ya cuentan con el permiso oficial para su cierre.

Miguel Asún también pone el acento en que en España no se dan las mismas circunstancias que se producen en Alemania y en Italia, países que se ven impulsados a reactivar las centrales de carbón —en el país germano también las nucleares— para reducir su dependencia del gas ruso.

La Voz de Galicia