Endesa reactivó hace algunos días la central térmica de As Pontes, que vuelve a operar de forma intermitente con uno de sus cuatro grupos, dejando de nuevo en el horizonte una estampa ya poco habitual en el municipio con el vapor de agua saliendo de la chimenea.

La intención de la compañía pasa ahora por agotar las existencias de carbón que todavía hay disponibles en sus instalaciones, y que rondarían las 200.000 toneladas, mientras espera por el cierre definitivo de la planta, un trámite que le corresponde al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

De hecho, la eléctrica ha confirmado que se descarta la posibilidad de que se adquiera más material para quemar en la planta pontesa, por lo que la factoría estaría ya afrontando sus últimas horas útiles después de años produciendo electricidad.

También entran en la recta final los contratos vigentes con las empresas auxiliares que operan en la térmica, y que fueron prorrogados por Endesa hasta finales del mes de septiembre por «necesidades de operación», puntualizan.

Esta fecha límite, según apuntan algunas voces, podría coincidir también con el esperado cierre, un hecho que permitiría enlazar la clausura de la planta con el inicio de los trabajos de desmantelamiento.

 

EL PROGRESO