Cuando Endesa anunció su determinación de dejar de producir electricidad con carbón y hacerlo únicamente con fuentes renovables, As Pontes se echó a temblar. Entonces, declaró que no se marcharía de la antigua villa minera, sino que cambiaría su materia prima, y poco después concretó esa apuesta en seis parques eólicos —varios de los cuales están en marcha— y en la posible construcción de una planta de producción de hidrógeno verde de 100 megavatios en la localidad. Este viernes, José Bogas, consejero delegado de la compañía, confirmó que la eléctrica mantiene conversaciones con Reganosa —promotora de una terminal similar en la localidad— para unificar el proyecto. «Tiene más sentido hacer una conjunta», admitió Bogas, preguntado por los planes de la energética para compensar el municipio por la clausura de la central que fue la joya de la corona de las térmicas del país.

Reganosa —que promueve en alianza con la portuguesa EDP una planta de producción de hidrógeno verde en los terrenos de O Tesouro que acogieron las antiguas oficinas administrativas de la villa minera— logró la primera declaración de la Xunta para esta inversión de proyecto industrial estratégico de Galicia. Sus previsiones apuntan a iniciar durante este año el proyecto para tenerlo en marcha en el 2025. Está diseñada en varias fases, hasta llegar a los 100 megavatios de potencia, cifra similar a la diseñada por Endesa, y de ahí que desde el principio varias voces políticas y empresariales apuntasen a la necesidad de que se fusionasen ambos proyectos, conversaciones que ahora confirma la eléctrica.

Esa apuesta conjunta y la estrategia de Endesa en relación con el hidrógeno verde quedaron claras ayer tras el balance público de los resultados de la compañía. José Bogas incidió en que el hidrógeno «tiene un presente incierto y un futuro prometedor», y subrayó que «hoy en día el coste de esta tecnología es inviable». Se echó a un lado de la primera línea de los impulsores de este tipo de materia, declaró que Endesa es «más moderada» que otras compañías del sector en la carrera por la producción de esta fuente energética y abogó por situar las plantas «cerca del consumo».

Bogas considera que las condiciones requeridas por el Gobierno para la clausura de la térmica pontesa «se van a dar dentro de muy poco», en relación a los mecanismos de aumento de disponibilidad de la cogeneración y de aumento de la demanda. «La idea era pasar el invierno. Ahora el cierre está próximo», aseveró.

La compañía ganó 2.541 millones, un 77 % más, impulsada por el negocio del gas

En un ejercicio marcado por las tensiones generadas en el mercado por la invasión rusa de Ucrania, la eléctrica registró un resultado neto de 2.541 millones de euros, un 77 % mayor que el del año anterior, impulsado por el negocio del gas. Precisamente en ese contexto, el consejero delegado, José Bogas, admitió que estaría dispuesto a pagar por 500 millones que considera los denominados beneficios caídos del cielo —generados por la coyuntura—, procedentes de la compraventa de gas derivada de la crisis energética. Sin embargo, reiteró la oposición de la compañía a hacer frente al impuesto aprobado por el Gobierno por cuanto este grava los ingresos. De hecho, el consejero delegado de la compañía anunció que han recurrido este impuesto del Ejecutivo central ante la Audiencia Nacional. En este sentido, desveló que pagará 208 millones por el nuevo tributo.

Tope al gas

Pese a esa discrepancia, José Bogas se mostró partidario de mantener el tope de precios al gas —la denominada excepción ibérica—, aunque reclamó que las regulaciones se realicen de forma uniforme con el resto de los países comunitarios, ya que entre unos y otros hay diferencias de los pagos a las fuentes marginales que llegan a duplicar las cifras.

Endesa realizó inversiones récord durante el pasado ejercicio, enfocadas principalmente a asentar la senda de la diversificación —con 2.343 millones—, y anuncia que mantendrá esa tendencia. También augura problemas para el despliegue de las renovables.

 

LA VOZ DE GALICIA