El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, planteó más dudas sobre los planes del país para una eliminación temprana de la generación de energía a carbón.

Cuando se le preguntó en una conferencia de la industria en Berlín organizada por el periódico Handelsblatt si el objetivo para 2030, ocho años antes del calendario original, estaba en duda, respondió: Sí. Para mí, la seguridad energética siempre tiene prioridad absoluta.

El ministerio de Habeck abandonó a principios de esta semana un plan para nuevas centrales eléctricas de gas, que son clave para reemplazar los sitios de carbón del país, ya que la medida no pudo ser votada después de que la coalición tripartita del país colapsó el mes pasado.

La economía más grande de Europa, que eliminó gradualmente la energía nuclear el año pasado, quería construir las plantas listas para el hidrógeno para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del sector energético y proporcionar respaldo para la rápida expansión de las energías renovables. Habeck enfatizó el viernes que las plantas de carbón solo podrían desconectarse si hay suficiente capacidad de respaldo.
«No podemos arriesgarnos a crear una situación, como la que amenaza con surgir después de la pérdida de gas ruso, a través de nuestras propias decisiones políticas», dijo Habeck. «Es malo en general por razones de protección climática, pero también por razones de seguridad del suministro, que no podamos llevar las capacidades al mercado».

La coalición del canciller Olaf Scholz había acordado dejar de quemar el combustible fósil para fines de la década «idealmente». Sin embargo, a principios de este mes, el Ministerio de Economía dijo en un informe que «el carbón debería eliminarse gradualmente a principios de la década de 2030».

Debido a la creciente demanda de energía y la escasa capacidad de respaldo, el regulador de energía de Alemania ordenó el año pasado que varias unidades de carbón permanecieran en respaldo hasta 2031.

El ministerio dijo hoy que el gobierno todavía está trabajando para alcanzar una salida de carbón en 2030, pero enfatizó que «no hay forma de encontrar nuevas capacidades flexibles».

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