El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha afirmado que “Europa ha fracasado en la transición energética porque ha puesto sólo el énfasis en la sostenibilidad”, olvidando la seguridad del suministro.

El directivo, durante la clausura de una jornada de análisis sobre el “World Energy Outlook 2022”, de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), ha comentado que Europa no ha calibrado el “camino más eficiente” para una “descarbonización razonable” y ha puesto todo el énfasis regulatorio en la sostenibilidad de la energía y se ha olvidado de la seguridad del suministro.

Brufau ha señalado que así como Españapara no depender excesivamente del gas argelino, hizo plantas de regasificación que “le han costado un porrón al ciudadano español”, sorprende que Alemania y Europa hayan permitido depender de Rusia en el suministro de gas.

La transición energética para Repsol

Según el presidente de Repsol, esto “no es un problema de Rusia“, sino “un problema nuestro de habernos equivocado estratégicamente; pero Alemania manda mucho y ha dispuesto de una energía muy competitiva para sus industrias que le ha permitido ganar cuotas de mercado” en Europa “a costa de los demás”.

Brufau ha contrapuesto lo que hace la Unión Europea (UE) con lo que hace Estados Unidos, que en su Ley de Reducción de la Inflación (IRA) “busca la seguridad del suministro en todas las variables” y “hace que todas las energías que ayuden a la descarbonización de la sociedad puedan entrar”.

Ha definido la IRA como una ley pragmática y no dogmática, que permite pensar a las empresas si les interesa invertir, por ejemplo, en captura de carbono y saber a qué precio les va a subvencionar Estados Unidos la inversión.

“Esto en Europa no pasa”, ha dicho Brufau, que ha añadido que “en Europa sólo decimos renovables, renovables, renovables a costa de todo lo demás”.

El representante de Repsol ha señalado que en Estados Unidos se habla de subvencionar también el vehículo eléctrico, pero no se niega el coche de motor de combustión interna”, pues el gobernante estadounidense entiende que el ciudadano es mayor para decidir si quiere un coche u otro.

Sin embargo, ha dicho que “Europa ordena, manda y regula, y si no lo tiene claro, prohíbe”.

Ha destacado también contradicciones como la expresada por el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, que anima a no dejar de invertir en coches de combustión porque, aunque no se podrán utilizar en Europa, se podrán vender fuera.

Para Brufau, esto es una irresponsabilidad, pues si prohibimos el motor de combustión, “creámonoslo”.

Brufau, que ha dicho que de lo único que puede presumir Europa es de haber puesto el CO2 “debajo de la alfombra”, reduciendo las emisiones en el continente, pero adquiriendo productos de países donde aumentan, ha indicado que cada día hay más normativa y regulación, y cada día es “un poquito peor” y lo único que hace “es confundir a la gente”.

Ese es el caso del hidrógeno verde, según Brufau, que ha dicho que si se apuesta por él “por qué se le ponen barreras”.

La regulación del hidrógeno verde en España, “es para suicidarse”

En este sentido, ha señalado que si se coge la regulación del hidrógeno verde en España, “es para suicidarse” porque tiene que depender de energía renovable nueva, estar en unas franjas horarias.

“Pero, ¿qué me está contando? Me voy a Estados Unidos a producir hidrógeno que allí me dejan trabajar”, ha añadido Brufau.

Por otro lado, ha señalado que, si el coste de la inflación y las tensiones financieras de los bancos, ambos al alza, no permiten canalizar los recursos para las grandes inversiones en renovables y redes, la transición puede estar en cuestión, al tiempo que ha pedido a los gobernantes europeos que piensen en dejar de improvisar y que empiecen a planificar.

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