El Poboado das Veigas, el más antiguo de As Pontes, construido por la empresa nacional Calvo Sotelo en la década de los años 50, pasará a ser pronto de titularidad municipal tras la finalización de las obras de renovación de servicios por parte de Endesa, que finalmente realizó una inversión de cinco millones de euros –en el proyecto se incluyó la modernización de la red de aguas, iluminación, vías o jardines–.
«La obra está acabada y está entregada toda la documentación en el Concello. Ahora la estamos revisando para ver si hay que hacer algún cambio para poder recepcionar el poblado o no«, explica Antonio Alonso, el edil de Urbanismo, que hace hincapié en que el Concello exigió en este caso a Endesa hacerse cargo de la actualización de los servicios para no tener que afrontar ese gasto las arcas municipales. «En los otros poblados –la eléctrica los puso a la venta a finales de 2001– el Concello lleva invertidos casi diez millones de euros y eso era algo que tenía que haber hecho Endesa», indica.
El cambio de titularidad del Poboado das Veigas, que ocupa una superficie de unas 27 hectáreas, abre «inmensas posibilidades» para el futuro de la localidad. El Concello, además de recepcionar las zonas verdes, las vías y otros espacios públicos, pasará a ser el titular de varios edificios y de todas las instalaciones deportivas, tal y como se firmó en un convenio con Endesa en mayo de 2015.
«El Concello lleva un año trabajando en un plan estratégico en colaboración con las entidades deportivas para planificar las inversiones o el acceso de vehículos», dice Alonso, que recuerda que el Concello ya creó un campo artificial, para el que está en proyecto una grada, o una pista cubierta pequeña. También mejorarán las instalaciones de tiro con arco.
«Las posibilidades son enormes. Y el momento de planear qué queremos hacer es ahora», indica el edil, que hace hincapié en que, igual que con las instalaciones deportivas, habrá que planificar el futuro para el resto de inmuebles.
En la actualidad, el único edificio municipal es la escuela infantil, pero con la cesión del poblado el Concello dispondrá del antiguo colegio –cedido en uso al conservatorio– y de la residencia de trabajadores, también cedida desde hace años a la asociación Aspanaes.
Serán también municipales el edificio de usos múltiples del Lar, que incluye la piscina, el antiguo hospitalillo o la sede de la Opyde, pero también otras construcciones singulares como el depósito de agua que se mantiene en pie o la iglesia, si no se llega a ningún acuerdo con el Obispado. Solo queda fuera de las cesiones el inmueble del antiguo economato, que Endesa lo puso a la venta.
De forma paralela, Endesa deberá dar un siguiente paso para llevar a cabo la segregación de las parcelas –determinará a dónde llega la parte pública y a dónde la privada– para poder iniciar así el proceso de venta de las viviendas, una demanda de los vecinos que suma muchos años de espera y que podría suponer la modernización de un barrio icónico, que está en declive, con muchas casas sin habitar en la actualidad.
«Nos gustaría que se agilizara», indica Alonso, y recuerda que «el Concello está negociando un acuerdo con Endesa para que quién compre las viviendas se comprometa a invertir y a adecuarlas, que no estén paradas».
Con respecto al urbanismo, también faltan trámites por hacer. El Concello y la Xunta tienen que aprobar una nueva modificación puntual del plan actual «para adaptar el poblado a la norma». «Ya se superó la fase ambiental, entre este mes o el que viene se hará la aprobación definitiva en el Concello y se enviará a la Xunta», explica el edil pontés, que recuerda que en la primera modificación puntual de las normas ya se incluyó la protección estética.
EL PROGRESO
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