La central eléctrica de As Pontes ya tiene fecha de cierre definitivo. El Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) ha autorizado la solicitud de la planta térmica coruñesa, la mayor de España, presentada por la empresa propietaria, Endesa, y tras el informe favorable de Redeia (la antigua Red Eléctrica) sobre la compatibilidad de dicho cierre con la seguridad de suministro del sistema eléctrico, según ha informado el ministerio a través de un comunicado. El Boletín Oficial del Estado recoge este sábado los plazos que se conceden a la eléctrica: doce meses para el apagado definitivo de sus cuatro reactores y, desde ese momento, tres años para el desmantelamiento completo de las instalaciones.
El cierre de As Pontes era una realidad descontada desde que Endesa renunció en 2019 a mantener su actividad al dejar de ser viable la generación eléctrica mediante la quema de carbón. El incremento de los costes de producción —por la subida del precio de las emisiones de CO2— y la propia materia prima expulsaban a este combustible fósil del ‘pool’ eléctrico. La decisión sintonizaba con el discurso de la ministra Teresa Ribera, partidaria del cierre de las centrales térmicas por su alto impacto ambiental.
Endesa había solicitado al Ministerio el cierre de la planta en febrero de 2020, y la pasada primavera ya tenía avanzado el procedimiento administrativo para iniciar el proceso. Pero la guerra en Ucrania alteró el guión, y el Ministerio se vio obligado el pasado invierno a mantener operativa As Pontes -aunque de manera parcial- para garantizar un suministro de respaldo en el sistema energético. En noviembre se reactivaron dos de los cuatro reactores de la planta coruñesa, volviendo a quemar carbón.
Durante este año la central se mantuvo operativa, y el Ministerio reconocía que no disponía de una fecha cierta para retomar el proceso de cierre. Pero este verano el Miteco consideró que «la situación tanto de la demanda como de los precios han evolucionado a la baja», por lo que se hacía «necesario» revisar la situación de la planta térmica «considerando el contexto actual», y encargó otro informe a Redeia. Esta dictaminó el pasado 27 de junio que «se considera que actualmente se cumplen las condiciones que hacen viable el cierre de todos los grupos de carbón de As Pontes».
No por previsto el cierre de la central deja de implicar un impacto notable en la economía de su comarca. En un comunicado -recogido por Europa Press- el Ministerio recuerda que los planes para la reconversión industrial de la zona prevén una inversión superior a 2.500 millones de euros y generarían más de 1.300 empleos directos. En este sentido, recuerda que se están lanzando programas de apoyo para proyectos energéticos «innovadores» que cuentan con fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, priorizándose en los concursos de acciones aquellas propuestas situadas en zonas con centrales en proceso de cierre, como la de As Pontes.
En esta zona ya se ha concedido una ayuda de 15 millones a la primera fase del proyecto H2Pole de EDP y Reganosa, que prevé la construcción de una planta de producción de hidrógeno renovable, con una inversión de 156 millones y la creación de un centenar de empleos -entre directos e indirectos- en la fase de explotación, según señala el departamento que dirige en funciones Teresa Ribera.
También se están apoyando proyectos municipales, como el desarrollo de un centro logístico en el polígono industrial de Penapurreira, en As Pontes, que dé servicio a las empresas con problemas de almacenaje.
Además, a través de la convocatoria de ayudas a infraestructuras ambientales, sociales y digitales, se han concedido 6,8 millones a otros 11 proyectos. Así, Moeche desarrollará un Centro de Desarrollo Económico y Social de la mano de asociaciones locales; As Somozas rehabilitará las antiguas escuelas municipales para vivienda social y equipamiento sociocomunitario; Cabanas creará un espacio de co-working para emprendedores y microempresas, y Cerdido, Mañón, San Sadurniño, Ortigueira, Vilalba y Xermade desarrollarán diversos proyectos.
En la misma línea, con el objetivo de impulsar la generación de empleo en la zona, el Gobierno ha lanzado convocatorias de ayudas a proyectos de inversión empresarial dotadas con 50 millones de euros, actualmente en fase de valoración de solicitudes. A estas ayudas de gestión de ministerio se unen los 111 millones de euros aportados por el Fondo de Transición Justa de la Unión Europea a la Xunta de Galicia para mitigar los impactos de los cierres de As Pontes y Meirama.
Otros proyectos
Paralelamente, en abril de 2020, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico impulsó y firmó el acuerdo por una transición energética justa para centrales térmicas en cierre con los sindicatos y las empresas propietarias en el que se requiere a los agentes implicados un impulso para la reconversión de las zonas afectadas. En cumplimiento de este acuerdo, Endesa ha dado cuenta se ha comprometido a promover proyectos de reconversión que estima se traducirán en una inversión de 2.682 millones y más de 1.300 nuevos empleos directos.
De esta manera, Sentury Tire instalará una fábrica de neumáticos en los terrenos de la antigua mina. Con una inversión de 477 millones la empresa prevé la creación de 750 empleos y dinamizar el volumen de tráfico del Puerto de Ferrol. Asimismo, Ence ubicará una fábrica de biocombustibles, bio-productos y celulosa especial, con una inversión de unos 380 millones, generando 150 empleos directos, y casi un millar sumando indirectos e inducidos, informa Ep.
Junto a estas iniciativas industriales, Endesa se ha comprometido a dar un impulso logístico a la terminal del Puerto de Ferrol, a crear un centro logístico, a impulsar un proyecto de hidrógeno verde, a materializar un plan de formación para las personas del entorno y a priorizar a trabajadores directos y auxiliares de la central en la formación, desmantelamiento y nuevos desarrollos en la zona.
ABC
Se me ocurren dos comentarios.
El primero, que ya puede quien sea el o la responsable de tal cometido, publicar para información, a fin de que.todo el mundo que esté interesado se entere de como y en qué se invierte el dinero que se menciona en el artículo.
Y en segundo lugar, como sugerencia, que en el «desmantelamiento» se respete la chimenea como símbolo de lo que aquí hubo y ya no hay, como testigo de lo que fue y ya no es. Que si tiran la chimenea, puede que desaparezca una importante referencia que se ve desde lejos, para volver al pueblo. La chimenea ya forma parte de la historia de As Pontes.
M. J. Vilasuso
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