Es imparable la dirección que nos han marcado desde arriba hacia un mundo más «verde». En este movimiento con un gran componente ideológico e intereses de muchos tipos, vemos incoherencias día día, que nos hacen, cuando menos, dudar de tanta buena intención, precisamente viniendo desde los más poderoso.
Un ejemplo de ello es el caso del jet de Larry Fink, un abanderado en la lucha contra el cambio climático, cuyo salario crece año a año en decenas de millones de dólares con este negocio. Este jet es un Gulgstream G650 y tiene un consumo de 1.100 litros/h
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