En el pleno ordinario de 13 de septiembre con la abstención de BNG y PP el PSOE aprobó una subvención de 20.000 euros a favor de la asociación Gatos Ferales de As Pontes cuya finalidad será la de censar los gatos por colonias, luego alimentarlos durante un tiempo para según la concejala responsable “para ganar su confianza”, y finalmente castrarlos en todo el municipio.
A cada ejemplar castrado se le cortará una oreja para su identificación visual de forma que cualquier vecino que observe un gato con las dos orejas pueda advertirlo a la policía municipal y de esta forma se active el protocolo correspondiente de CCC (confianza-captura-castración).
La concejala del PP advirtió del peligro de enfermedades que podía suponer alimentar demasiado a los gatos y también que el corte de la oreja le parecía poco ilustrativo para la identificación de los felinos.
No Barreiro portal G 5 Ali tedes todos os Gatos que queirades. Temos Unha vecina que lles está a dar de comer, supoño que sabedes de que estou a falar
Un saludo
Enhorabuena buena!! Por fin!!!
Los gatos bien alimentados reducen el riesgo de contraer enfermedades. Así como van ganando confianza, al darles de comer, se pueden castrar y por consiguiente controlar la colonia y la masificación, de eso se trata…
El gato que está en la calle es responsabilidad del concello donde vive, al margen de la política.
Hacen un bien muy necesario para la comunidad, debemos respetarlos y darles un sitio donde estar.
Pues parece que ya se acabaron los 20.000 €. ¿O era una fantasía? Hace más de un mes se avisó en el Concello, de la mordedura de un gato callejero a una vecina cuando iba a entrar en su.coche, provocándole heridas, infección y un largo tratamiento de antbióticos. Todavía está asistiendo a realizar las curas en el.centro de salud de As Pontes y yendo a revisión al hospital A. Marcide. de Ferrol. Desde el día de la notificación nadie se interesó por la recogida del gato en cuestión, y mucho menos por cualquier otro asunto relacionado.con el ataque.del animal. Esta es la realidad.
M. J. Vilasuso