«Éche un andar miudiño…». No hizo falta nada más que cuatro palabras para levantar a miles. La Fraga de dona Rita de As Pontes llevaba tres años esperando el momento, la sesión vermú más salvaje, la que más pasiones levanta y de la que salir impoluto es casi misión imposible.
Adrián Luaces es de As Pontes e ir a la romería transformada en macro sesión vermú es tradición inamovible. «Llevo 24 fragas viniendo», decía este lunes, acompañado por una docena de amigos, algunos novatos.
Para Paula Martín, de Tarragona, y Alberto Díaz, de Blimea (Asturias), era su primera vez, invitados por el pontés, y ya aseguran que volverán el año que viene. «Vamos a hacer el pack completo, con baño en el río incluido», apuntaban.
Otros que no pierden la oportunidad de probar las aguas del Eume fueron Cristian Martínez, Manuel Prieto y Carla Esteiro, de Narón y Fene. «Estar embarrados, los fuegos y la vermú era lo que más tardaba», aseguraban en un mar de barro, donde unos metros más adelante estaban Rocío y Pablo, que retornaron a las orillas del Eume, donde se conocieron hace cuatro años, para disfrutar de una fiesta sin igual.
EL PROGRESO
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