La primera gran planta de hidrógeno verde de Galicia ha obtenido la declaración de impacto ambiental favorable de la Vicepresidencia Segunda e Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda. Con ello, la terminal avanza un paso decisivo más en su tramitación, para que la sociedad H2 Pole, del grupo Reganosa, pueda producir mediante electrólisis utilizando el agua del lago de As Pontes y empleando fuentes de energía limpia.
Antes de emitir su declaración, la Dirección Xeral de Calidade Ambiental, Sostibilidade e Cambio Climático recabó la opinión de dieciséis administraciones, organismos y colectivos, analizando además varias alegaciones. El proyecto supervisado, cuyo recorrido administrativo arrancó en junio del 2022, abarca no solo la planta, sino también las instalaciones asociadas. Y en concreto, los 7,2 kilómetros de hidrogenoductos que servirán para vehicular la mayor parte de la producción, y los 4,9 de líneas subterráneas de alta tensión, necesarios para llevar a la terminal la electricidad necesaria en el proceso.
Tanto para la fase de ejecución como para la de operación, la declaración incluye una serie de medidas preventivas, algunas específicas y la mayoría comunes a este tipo de obras, informa Reganosa, que serán incorporadas por el promotor.
La terminal ha sido pensada para su acometida en fases acumulativas de 20, 30 y 50 megavatios de potencia para, finalizado su desarrollo, alcanzar un global de 100. La capacidad productiva anual llegará a las 16.000 toneladas de hidrógeno verde para distribución a la industria local, para inyectarlo a la red troncal de gas o bien para su transporte por cisterna. Y con ello, se aguarda que cada año evite la emisión a la atmósfera de entre 107.770 y 142.272 toneladas equivalentes de dióxido de carbono, en función de su uso.
El Consello de la Xunta declaraba esta planta primer proyecto industrial estratégico (PIE) en septiembre del pasado año. Se prevé una inversión global estimada de 156 millones de euros y un calendario que sitúa el inicio de operación en el primer semestre del 2026. Desde que Reganosa comenzó a trabajar en la iniciativa, en el 2019, se acumulan 30.000 horas de desarrollo, en las que han involucrado 95 empresas y organismos.
Se prevé que la operación y el mantenimiento de la planta genere, cuando esté completamente desplegado, 49 empleos directos y otros 59 indirectos, además de los inducidos y los de la fase de construcción. Reganosa garantiza que en la contratación de proveedores y empleados se priorizará a los del lugar, y, particularmente, a los afectados por el cese de actividad de la térmica de carbón.
El proyecto busca contribuir a la descarbonización de la economía, y «reforzará la seguridad del suministro e incrementará la soberanía energética de Galicia», traslada la compañía.
La planta forma parte de una actuación mayor e integral que Reganosa, junto con EDPR, impulsa bajo la intención de convertir Ferrolterra en «una capital de la energía verde». La iniciativa incluye también un almacenamiento energético con bombeo y planes para la generación con renovables.
LA VOZ DE GALICIA
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