La Asociación de Actores e Actrices de Galicia (AAAG) daba a conocer recientemente los nombres de los 19 espectáculos que competirán como finalistas para intentar llevarse alguno de los 16 galardones que se entregarán en la gala de los XXVII Premios de Teatro María Casares el próximo 21 de marzo. Una de las candidatas es Carolina Díguele, de As Pontes, que ha sido nominada a Mejor Vestuario por ‘Un hotel de primeira sobre o río’, la pieza producida por el Centro Dramático Galego a partir del texto de la ferrolana Xohana Torres.
Gonçalo Guerreiro y María Torres, de Elefante Elegante, asumen la dirección y la dramaturgia de una obra que también está nominada a Mejor Dirección de Movimiento, Mejor Actriz Secundaria por partida doble y Mejor Espacio Escénico. La pontesa, además de asumir el diseño del vestuario, se ha encargado de la producción de arte. «No me lo esperaba y ha sido impactante, aun estoy asimilándolo, superando el síndrome de la impostora. Hago tantas cosas sin estar especializada en nada concreto, que cuando hago algo que no es lo propio me hace sentir un poco impostora«, confiesa al otro lado del teléfono.
Trabajando con Elefante Elegante desde 2017, al principio como diseñadora gráfica y después asumiendo los nuevos desafíos que le han ido poniendo por delante, la nominación le llega por un trabajo realizado, como todos, en tiempo récord: «La primera reunión fue en diciembre de 2022 y estrenamos en abril de 2023; tuvimos poco tiempo, pero yo trabajo bien bajo presión… Si tengo tiempo, acabo procrastinando«, dice divertida, precisando que es autodidacta en este campo y no tiene «estudios de moda ni patronaje, vamos dándole forma y aplicando la prueba-error».
Afrontar nuevos retos
Díguele ha estudiado Bellas Artes, pero su perfil es más el de una mujer orquesta que ha ido asumiendo los retos que le han motivado, siguiendo su instinto creativo. Después de trabajar en un estudio fotográfico, emprendió con su pareja en un taller de complementos y fue ahí cuando empezó a tener contacto con la danza y el teatro. «Conocí a Jaime Pablo Díaz, de Nova Galega de Danza, director en la Escola Municipal de Baile de As Pontes, y me apunté. Él es una de mis personas de referencia, lo admiro y nos entendemos bien. Me ofrecí desde el principio a ayudar y llevo diez años haciendo escenografía y vestuario», relata.
«Esto me llegó bastante tarde, igual estaba ahí, pero no de una manera evidente», reflexiona al ser preguntada sobre su vocación en relación con las artes, que explotó en su interior ya de adulta: «La eterna cuestión es con qué me identifico, porque he estado haciendo muchas cosas… Cuando llegué al teatro, a la parte de atrás, vi que podía poner en práctica todo lo que he aprendido a lo largo de los años y encontré mi sitio. Todavía no me puedo poner una etiqueta, no sé si la quiero. De lo que hago, me gusta hacer cosas diferentes y afrontar retos que tengan que ver con la creación artística».
Admite que pasó unos años pensando qué hacer de su vida, «con problemas existenciales», hasta que aterrizó en Elefante Elegante y «tuve una conexión brutal». «Han ido viendo mis capacidades mucho más que yo misma, han apostado por mí y he ido asumiendo cada vez más retos: desde el diseño gráfico, el atrezzo, la escenografía… «, valora Carolina Díguele, que supo ver una oportunidad dentro de su indecisión y argumenta ahora que «no me cierro puertas, las voy abriendo. Veía que no entraba por ninguna y para mí esto era un problema hasta que me di cuenta de que no lo era porque me permite explorar y, de hecho, si estoy haciendo siempre lo mismo me canso».
Una tarea a contrarreloj
El teatro supuso para ella una forma de dedicarse a tareas muy diversas porque «cada producción es diferente». Sin ir más lejos, en ‘Un hotel de primeira sobre o río’ se ha involucrado también en la producción de arte a pesar de haber tenido solamente unos cuatro meses para sacar adelante cerca de 40 piezas de vestuario, entre el atuendo de la actriz principal, los cinco cambios de ropa de los seis actores que conforman el ‘coro’ y el que corresponde a los personajes que también interpretan en la trama.
«Valoro la confianza que Gonçalo y María tienen en mí. Con ellos trabajo mano a mano todo el rato, dándole forma a las ideas… Me lo hacen todo muy fácil, como María Negreira, que es quien hace realidad cada diseño que hago y su trabajo es una pasada. Si no es por ella, no me vería capacitada para hacer tanto en tan poco tiempo», asume Díguele, dando relevancia al trabajo en equipo que la ha llevado de la mano a la alfombra roja de los María Casares, un lugar en el que no esperaba verse y al que llega acompañada de grandes talentos gallegos.
Implicada en As Pontes
Pero Díguele sigue teniendo los pies en la tierra y la cabeza en As Pontes. En la villa ha dejado ya su huella, junto a su compañera y amiga Isabel O’Connor, en el certamen enPezas, donde tejieron dos instalaciones y pintaron sendos murales, uno de ellos junto a mujeres que se expresaron a través del arte. «Nos complementamos muy bien, la conocí en teatro y se convirtió en un pilar fundamental; es de esas personas que ven en ti lo que tú no ves y te lo repite a diario para que lo valores», precisa la pontesa, que también da formación en A Xanela a personas con capacidades especiales: «Entré con miedo y con prejuicios, pero al final ellos son los que me enseñan a mí, son todo amor, les estoy muy agradecida».
Si finalmente hay fiesta en la comarca y Carolina sube al escenario el próximo 21 de marzo a recoger el galardón, ¿a quién se lo dedicará? «Lo primero, a María y Gonzalo, porque la manera en la que han creído en mí es lo que me ha hecho estar donde estoy. Después viene María Negreira, porque es la que ha cosido casi todo. Y, a nivel personal, se lo dedicaré a mi pareja, quien tiene que soportar mis ausencias y mis presencias: mi estrés, mis lágrimas y también mis alegrías», concluye la pontesa, que no descansa y prepara ya el estreno de un nuevo trabajo con Elefante Elegante el próximo mes.
EL DIARIO DE FERROL
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