Después de un tiempo en silencio, los transportistas del carbón llenaron el acceso a la playa del lago de As Pontes con sus camiones para dar un mensaje claro, luchar una vez más por su futuro y exigir una transición energética justa.
«No estamos ni acabados ni parados y avisamos: vamos a seguir peleando y se pueden volver a cortar carreteras y autopistas», explicó el portavoz del colectivo, de transportistas, Manuel Bouza, tras ponerse en marcha una movilización sorpresa que invadió de vehículos el lago el viernes por la noche.

«Tenemos promesas incumplidas de la Xunta de Galicia y del Gobierno de España y sin hacer daño queremos hacernos ver, visibilizar nuestra situación, que no es nada fácil», dice Bouza, que recuerda que el transporte del carbón dejó de trabajar tras el parón de la central térmica de As Pontes «hace ya año y medio».

La reivindicación, que llegó de un forma muy visual con una serpenteante caravana de unos cien vehículos pesados que ayer acapararon las miradas de muchos vecinos y visitantes, se organizó este fin de semana para que coincidiese con las pruebas con biocombustibles que Endesa está desarrollando en la central térmica y que podrían determinar el futuro de la planta.

Los camioneros del carbón fueron los primeros en notar las consecuencias del parón de la central térmica y han realizado multitud de movilizaciones a lo largo de estos meses, incluidos encierros en varios concellos, y las pérdidas son muy cuantiosas.
«Se fue cayendo mucha gente, la situación es muy complicada. Unos 20 camiones, por lo menos, ya faltan, y muchos se malvendieron, y con el paso del tiempo habrá más renuncias», indica Manuel Bouza.

«Que subas 15 días carbón para las pruebas no soluciona nada y los lodos -que transportan desde las instalaciones de Agroamb, en el concello chairego de Castro de Rei-, los traes con diez camiones, tampoco resuelven nada en cuanto a pérdidas. Necesitamos soluciones», dice el portavoz del colectivo de camioneros, al tiempo que recuerda que se garantizaron ayudas que nunca llegaron.
Por sus cálculos, cada camión parado supone en este momento pérdidas de entre 30.000 y 40.000 euros al año para los transportistas del carbón, que dejan de ingresar, dice, unos 130.000 euros al año.

Los camiones, tras dos noches en el lago, se empezarán a retirar hoy a última hora de la tarde del lugar. «Entre hoy y mañana por la mañana estarán todos fuera», indica Bouza, que asegura que habrá más movilizaciones.

El Progreso