Apenas hace una hora que han abierto las puertas del registro civil de un municipio al sur de Madrid y ya han recibido dos solicitudes para cambio de sexo. «Esto es así todos los días desde que se aprobó la Ley Trans la semana pasada. Hay algunos que vienen en persona y otros prefieren llamar por teléfono para que les indiquemos los pasos a seguir. Lo que nos ha llamado la atención es el 100% de las solicitudes que hemos recibido son de hombres que quieren registrarse como mujeres. Cuanto menos resulta sospechoso», indican a este diario los funcionarios del registro. Además, añaden que ninguno de los solicitantes ha preguntado sobre el cambio de nombre en el registro, «solo lo hacen por la identidad de género».

«Desde el punto de vista del fraude, esta ley puede dar lugar a claros ejemplos, de hecho, es la impresión que nos ha dado en este tiempo con gran parte de los hombres que han venido a solicitar el cambio. Hasta que esta ley fue aprobada habíamos recibido solicitudes por parte de hombres y mujeres de una manera más o menos equilibrada. Lo de ahora es desorbitado», apunta uno de los trabajadores de este registro civil.

Aunque todavía son datos provisionales y es necesario analizar la situación con una mayor horquilla temporal, a priori lo que se puede confirmar, tanto en registros civiles de grandes ciudades como en pequeñas poblaciones, es que más del 90% de los solicitantes son hombres. Esa tendencia se suma al notorio dato de solicitudes en general para cambio de sexo. Así , por ejemplo, solo en Zaragoza han registrado 35 en siete días. Y en las capitales de provincia catalanas suman más de una veintena.

¿Cuál es el motivo de que las peticiones sean de hombres? ¿Es acaso que la disforia de género se expresa mayormente en los varones? ¿Hay acaso alguna intención más allá de la solicitud de cambio de género? «Nosotros sospechamos que hay casos en los que se busca sacar provecho a través del nuevo género, que precisamente es el femenino. Nunca habíamos notado tanta descompensación en este sentido. Sin embargo, nosotros no podemos hacer ninguna apreciación al respecto, tan solo gestionar la asignación del nuevo género», dicen varios funcionarios a este diario.

Dejadez ministerial

«Una vez que el mayor de 16 años llega al registro civil, en teoría deberíamos facilitarle un formulario que todavía no nos han hecho llegar desde Justicia, por lo que solo es necesario el DNI y la partida de nacimiento. Su decisión debe ser ratificada por el solicitante tres meses después, mientras que la Administración tendrá un mes más de plazo. Es decir, el proceso durará unos cuatro meses como máximo», explican a este diario. Además, la nueva ley también recoge la posibilidad de que una persona trans pueda solicitar regresar a su género original de la misma manera que lo pidió. En el caso de que quisiera modificarlo por tercera vez, entonces tendría que pasar por un juez, quien dirimiría si hay visos de un fraude de ley.

LA RAZÓN