La Guardia Civil ha iniciado una investigación para esclarecer la autoría de un robo con violencia producido en una gasolinera del casco urbano de As Pontes, en el que la persona encargada de perpetrarlo amenazó a la empleada que estaba en ese momento con un cuchillo y se llevó alrededor de 600 euros en metálico de la caja registradora.

Los hechos ocurrieron a primera hora de la noche del pasado viernes, sobre las 21.00 horas. El supuesto autor se bajó de un coche que quedó aparcado en la Avenida de Lugo, fuera de las instalaciones de la estación de servicio. Después entró en ella como si fuera a comprar algo y, acto seguido, se giró por dentro del mostrador y amenazó con un cuchillo a la empleada, que se encontraba sola en ese momento.
Tras pedirle la cartera de cobrar y decirle ella que no tenía, le mandó abrir la caja y el propio ladrón cogió de allí todos los billetes, que sumarían una cantidad que ronda los 600 euros.

Según fuentes consultadas, la trabajadora activó la alarma y llamó a la Policía Local de As Pontes mientras salía detrás del ladrón para ver hacia dónde iba. Pudo ver que se subía a un coche para irse del lugar e intentó aportar todos los datos que pudo, a pesar de que las condiciones de visibilidad no eran muy buenas, a las fuerzas de seguridad para aportarlos a la investigación y tratar de dar con el autor del atraco

Hasta el lugar acudieron a continuación agentes de la Policía Local pontesa y de la Guardia Civil, que pasaron a hacerse cargo de la recogida de todos los datos y posibles pruebas.

Los hechos quedaron registrados en las cámaras de seguridad del establecimiento, cuyas imágenes ya están en manos de los investigadores. En ellas se ve cómo actúa el atracador en todo momento, así como su constitución aproximada, que sería la de un hombre de estatura mediana.

Más difícil se presenta la identificación, ya que llevaba una mascarilla bastante grande y tenía la cabeza tapada con una gorra.

Aún así, en las cámaras quedó registrado no solo el momento del robo del dinero de la caja, sino también otra entrada previa a la tienda de la estación de servicio del ladrón, en la que adquirió una bolsa de aperitivos, no se sabe si para analizar previamente el local o para disimular al encontrarse con que la empleada en ese momento no estaba sola.

El Progreso