Alemania va a cerrar siete centrales térmicas de carbón en los próximos días. No es algo que haya decidido hace dos días, sino que es una decisión aprobada hace tiempo pero que se pospuso por la crisis energética abierta en Europa por la guerra en Ucrania.

Tal y como cuenta la agencia dpa en el diario alemán Süddeutsche Zeitung, estaba pactado que estas siete centrales eléctricas cerrasen al finalizar el invierno 23-24, es decir, a finales del mes de marzo de este año.

El canciller Olaf Scholz, ante la enorme subida de precios de gas natural, decidió mantener abiertas estas centrales térmicas de carbón y así no tener que comprar tanto gas caro en ese momento.

Un cierre descontado

Estas son las centrales que cerrarán en los próximos días: las unidades E y F de la central eléctrica de Niederaußem en Renania y las unidades C, D y E de la central eléctrica de Neurath, todos ellos propiedad de la empresa energética RWE. Además, en el distrito de Lusacia se pusieron en marcha las unidades E y F de la central eléctrica de Jänschwalde, que pertenecen a la empresa energética Leag y que ahora dejarán de funcionar.

En total, 3,1 GW de capacidad que desaparacerá del mix eléctrico germano en pocos días. Alemania se lo puede permitir sin ningún problema ya que tiene una sobrecapacidad impresionante. Según la Agencia Federal de Redes, en noviembre había en el mercado alemán un total de 245 gigavatios de sistemas de generación de electricidad. De ellos, alrededor de 159 gigavatios provinieron de fuentes de energía renovables.

Es por ello que no haya ni un ápice de problema de seguridad de suministro. Estaba ya descontado. “Los cierres están planificados y se tienen en cuenta en todas las previsiones de suministro. La seguridad del suministro sigue garantizada”, afirmó un portavoz de la Agencia a dpa.

Menos uso de carbón

La producción de energía de lignito en Alemania cayó el año pasado al nivel más bajo desde 1963, mientras que la producción de energía de hulla incluso cayó al nivel más bajo desde 1955, según un análisis del instituto de investigación Fraunhofer ISE .

Toda la producción de energía a carbón del país cayó en casi un tercio (48 TWh), reduciendo la participación del carbón en la generación neta total de energía al 26%. Este dato se dio en buena parte por la caída de la demanda eléctrica registrada en Alemania y que importó 12 TWh netos el año pasado.

 

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